Comiendo perros y gatos – según Trump, los migrantes arrasan con mascotas, pero es desmentido en vivo

Durante el primer debate presidencial entre Donald Trump y la vicepresidenta Kamala Harris, llevado a cabo el martes en Filadelfia, Pensilvania, Trump reafirmó datos ya desmentidos de que inmigrantes en Ohio estaban comiendo mascotas.


El rumor ha sido desmentido por las autoridades locales, particularmente por el gerente de la ciudad de Springfield, Illinois, que lidia con cuestiones sociales. Según Trump, “en Springfield, están comiendo a los perros”, reiterando una conspiración primero distribuida en línea relacionada con inmigrantes haitianos que ha sido desacreditada por varios medios.

Las afirmaciones de Trump, que también incluyeron “están comiendo a los gatos”, surgieron a raíz de una publicación en Facebook que citaba relatos de un supuesto incidente, sin evidencia que lo respaldara. La policía de Springfield confirmó que no había reportes sobre mascotas maltratadas por inmigrantes, a pesar de que un reporte mencionaba que un gato había sido hallado colgado en la casa de un vecino haitiano. Kamala Harris, al escuchar las alusiones de Trump, se limitó a sacudir la cabeza y reír, mientras que su compañero de fórmula, el senador JD Vance, también de Ohio, replicó la misma narrativa en días posteriores, respaldada por medios conservadores. El moderador del debate, David Muir, contestó a Trump que el gerente de la ciudad de Springfield, Bryan Heck, desmintió la existencia de dichos reportes. A pesar de esto, Trump insistió en que “la gente en televisión dice que su perro fue comido por personas que fueron allí”.

Desde 2020, aproximadamente 15,000 haitianos han llegado a Springfield, una ciudad de aproximadamente 59,000 habitantes, utilizando un programa de estatus de protección temporal. Aunque se ha evidenciado que esta llegada ha puesto presión sobre los recursos de la ciudad, las afirmaciones de Trump sobre el número de inmigrantes han generado críticas. Durante el debate, sugirió que 20 millones de personas, equivalente a la población del estado de Nueva York, habían ingresado al país desde que el presidente Biden asumió el cargo. Sin embargo, un análisis del Wall Street Journal señaló que aproximadamente 10 millones de inmigrantes habían llegado a EE.UU. en los últimos cuatro años, muchos con tarjetas de residencia y otros visados.

Algunos republicanos criticaron el desempeño de Trump en el debate, considerándolo como una señal de que su campaña estaba perdiendo enfoque. Erick Erickson, un comentarista conservador, expresó su frustración por la repetición de mentiras en torno a los animales, resaltando cómo estas afirmaciones podrían perjudicar la imagen de Trump. También surgieron quejas sobre los moderadores del debate, con varios republicanos alegando que no fueron justos en su trato hacia Trump. La controversia rápidamente se volvió viral en redes sociales, donde se compartieron memes y caricaturas de Trump interactuando con diversas mascotas.

El congresista demócrata de Ohio, Greg Landsman, criticó la perpetuación de estas afirmaciones como un reflejo de la desconexión de los líderes políticos respecto a la realidad de la comunidad local. “La idea de que Vance perpetuó esta ridícula y racista teoría de conspiración es simplemente no verdad”, concluyó. La polémica en torno a los comentarios de Trump y los efectos en la opinión pública son un claro indicador de cómo las cuestiones de inmigración siguen siendo un tema divisivo y sensible en el panorama político estadounidense