Una de las historias más desgarradoras que ha sacudido a Nueva York en las últimas semanas es la de una mujer que fue atacada brutalmente en el metro de Brooklyn. La madrugada de un domingo, mientras ella estaba de pie dentro de un vagón, un hombre se le acercó sin previo aviso, le prendió fuego a la ropa con un encendedor y, en lugar de huir, se quedó allí, observando mientras ella ardía en llamas.
El atacante fue identificado más tarde como Sebastián Zapeta, un hombre guatemalteco de 33 años que había llegado a Estados Unidos de manera ilegal en 2018. Lo más impactante de todo este suceso es que, después de cometer el crimen, Zapeta no mostró señales de remordimiento. En lugar de escapar, se sentó tranquilamente en un banco afuera del vagón, mientras la mujer se quemaba viva. Los testigos, aterrados por lo que ocurría, sacaron sus teléfonos móviles y comenzaron a grabar, pero nadie se acercó para ayudar a la víctima.
🚨🇺🇸 HORRIBLE ATTAQUE DANS LE MÉTRO : UNE FEMME BRÛLÉE À MORT À NEW YORK
— Le_patriote13 (@Le_Patoff) December 22, 2024
Un homme a mis le feu à une femme endormie dans un train de Coney Island, puis a calmement regardé cette femme brûler vive dans une attaque choquante.
L'incident horrible s'est produit dimanche matin à la… pic.twitter.com/dDoeG8Jrv5
La policía difundió rápidamente imágenes de vigilancia del sospechoso, y en pocas horas, un grupo de estudiantes de secundaria lo reconoció en otra estación de metro lo que permitió que Zapeta fuera detenido en horas de la tarde de ese mismo día. Zapeta enfrenta cargos de asesinato en primer y segundo grado e incendio provocado en primer grado.
La comisionada de policía de la ciudad de Nueva York, Jessica Tisch, describió el ataque como “uno de los crímenes más depravados que una persona puede cometer”, un sentimiento que resuena profundamente dada la naturaleza brutal del crimen y la insensibilidad del atacante.