El huracán Beryl ha alcanzado en poco menos de 24 horas una fuerza alarmante, siendo elevado a la categoría 5 por el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos. Sus vientos, que soplan a una velocidad de 160 mph, están causando estragos a su paso por el sur de Puerto Rico y se prevé que su devastación continúe durante el fin de semana.
Con al menos tres víctimas mortales en el Caribe oriental, Beryl no da señales de disminuir su intensidad. A medida que avanza hacia Jamaica, se teme que su número de víctimas aumente. Además, la trayectoria destructiva de la tormenta está impactando en los servicios públicos, como la Compañía de Luz y Electricidad de Barbados, que está trabajando arduamente para restablecer el suministro eléctrico en medio de la tormenta.
El huracán también ha dado lugar a importantes medidas de emergencia. En Yucatán, se han habilitado 2000 refugios para proteger a los residentes de la furia de Beryl. Asimismo, en varias regiones se han emitido avisos y directrices a seguir para mantener a los ciudadanos a salvo. Sin embargo, la Costa Caribeña de Venezuela ya está experimentando graves inundaciones debido a las fuertes lluvias provocadas por el huracán.
Huracán #Beryl Aviso 13: Huracán Mayor Beryl moviéndose sobre el sureste del Caribe. Condiciones de tormenta tropical, olas peligrosas y fuertes lluvias persisten sobre el sur de las islas de Barlovento.
National Hurricane Center
Las fotografías aéreas captadas por drones han puesto aún más de relieve la devastación que sufre la isla de Carriacou tras el paso de la tormenta. Las previsiones muestran que, si el huracán mantiene su curso actual, podría tocar tierra dos veces, amplificando los daños.
CRISIS CLIMÁTICA
La crisis climática es una de las mayores amenazas que enfrenta la humanidad en la actualidad. Este fenómeno, impulsado principalmente por la emisión de gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono y el metano, ha llevado a un incremento significativo en las temperaturas globales. Este calentamiento no solo afecta el clima de manera global, sino que también tiene consecuencias directas y devastadoras a nivel local, especialmente en la intensificación de desastres naturales como los huracanes.
Los huracanes, son sistemas de baja presión que se forman sobre aguas cálidas y son capaces de producir vientos extremadamente fuertes, lluvias torrenciales y marejadas ciclónicas. El aumento de la temperatura del océano actúa como un combustible adicional para estos fenómenos, proporcionándoles más energía y, como resultado, incrementando su intensidad y duración.
El impacto de estos huracanes extremos es multifacético: causan destrucción de infraestructura, pérdida de vidas humanas, desplazamientos masivos de población y daños significativos a las economías locales y nacionales. Además, las inundaciones y la erosión costera resultantes pueden tener efectos duraderos en los ecosistemas marinos y terrestres, afectando la biodiversidad y los medios de subsistencia que dependen de estos entornos.