El número real de casos de coronavirus en EE.UU está muy por encima de la cuenta oficial, dicen los científicos.

Un análisis de la propagación del nuevo coronavirus dentro de Estados Unidos sugiere que miles de estadounidenses ya están infectados, lo que disminuye las posibilidades de eliminar el brote en sus primeras etapas.Los investigadores estiman que para el 1 de marzo, el virus ya había infectado a entre 1.000 y 10.000 personas que aún no han sido contabilizadas. A principios de este mes, se habían confirmado unos 80 casos en EE.UU y las autoridades seguían expresando su confianza en que podrían contener el virus.Las cuarentenas, el rastreo de contactos y otras medidas de salud pública probablemente han atenuado el brote de COVID-19 aquí, dijeron los investigadores. Pero desde el principio, un grupo de viajeros infectados lo suficientemente grande como para llenar un ascensor, probablemente ha estado expandiendo el alcance del virus, en gran parte sin ser detectado.

Liberado en un país de unos 330 millones, se asumió que cada uno de estos viajeros había transmitido el virus a entre 2 y 2.5 personas, cada uno de los cuales a su vez infectó a otras 2 a 2.5 personas, y así sucesivamente. Los investigadores escribieron que los nodos de esta red de contactos se ramifica rápidamente y el número de víctimas se dispara de manera veloz.

Su estudio, publicado el lunes en el sitio web de medRxiv donde se dan a conocer los trabajos que aún no han sido enviados a una revista especializada, llegó cuando funcionarios de EE.UU informaron sobre un total de 704 casos de COVID-19 y 29 muertes en Estados Unidos. Eso es probablemente sólo la punta de un iceberg mucho más grande, según sugieren los modelos matemáticos.

La simulación matemática del brote de EE.UU fue ejecutada más de mil veces por un equipo del Centro Médico Cedars-Sinai en Los Ángeles y la Universidad de Pekín en Pekín. Comenzaron con un grupo hipotético de portadores no detectados – probablemente de ocho a 16 personas – que llegaron a Estados Unidos en vuelos directos desde Wuhan después de que el virus, ahora conocido como SARS-CoV-2, comenzara a infectar a los humanos a finales de noviembre, pero antes de que esos vuelos se detuvieran en enero.

Aunque es imposible de ver el alcance de esa transmisión, se puede hacer un cálculo adoptando una serie de supuestos sobre los movimientos de las personas infectadas y el comportamiento del virus.

Algunas de las suposiciones del equipo se basan en los datos recogidos por los epidemiólogos chinos que han seguido el rastro del virus a medida que ha ido avanzando por China.

Pero otras suposiciones fueron una cuestión de juicio. Por ejemplo, el número de viajeros expuestos al virus que salieron de Wuhan a principios de enero en aviones jumbo con destino a Estados Unidos, y el impacto de las medidas de aislamiento social para limitar las oportunidades de una persona de propagar el virus.