Friedrich Trump, el abuelo de Donald Trump, hizo gran parte de su fortuna inicial durante la Fiebre del Oro en el Klondike a fines del siglo XIX, y lo hizo a través de negocios que incluían prostíbulos encubiertos.
Después de emigrar a Estados Unidos desde el Reino de Baviera en 1885, Friedrich trabajó como barbero en Nueva York, pero pronto se trasladó al noroeste del país buscando mayores oportunidades. Finalmente llegó a Canadá, específicamente al territorio de Yukón, donde miles de buscadores de oro impulsaban economías locales precarias y desorganizadas. En ese contexto, la demanda de servicios como comida, bebida, alojamiento y sexo era altísima.
En la localidad de Bennett, en la Columbia Británica, Friedrich Trump abrió junto con un socio un negocio llamado Arctic Restaurant and Hotel. Aunque oficialmente era un restaurante y hotel, las fuentes históricas indican que también funcionaba como prostíbulo. El lugar ofrecía comidas calientes, camas y licor, pero también contaba con la presencia de mujeres que brindaban “entretenimiento” a los mineros, un eufemismo común para referirse a trabajadoras sexuales. Documentos de impuestos locales y reportes de la época mencionan claramente que en el Arctic Hotel operaban “sporting ladies”, un término habitual para las prostitutas en ese entonces.
Cuando el auge de Bennett terminó, Trump trasladó su negocio a Whitehorse, donde repitió el modelo: restaurante, bar y prostíbulo disfrazado de hotel. Estos negocios eran altamente lucrativos y permitieron a Friedrich regresar a Alemania con una pequeña fortuna.
Aunque solo pasó unos pocos años en el Klondike, el dinero que generó a través de estos negocios –en buena parte gracias a la prostitución organizada– sirvió como base económica para el desarrollo posterior de la familia Trump en Estados Unidos.