Estudio revela que uno de cada 15 estadounidenses ha sido testigo de un tiroteo

Uno de cada 15 estadounidenses ha sido testigo de un tiroteo, afectando especialmente a los hombres, los jóvenes y las personas negras. Este dato es uno de los principales hallazgos de un reciente estudio académico publicado en JAMA Network Open. La investigación, que entrevistó a más de 10,000 adultos en EE.UU., revela la creciente normalización de la violencia armada en la vida diaria del país.

De acuerdo con los resultados, el 7% de los encuestados ha presenciado al menos una vez un tiroteo en el que participaron cuatro o más personas. Además, el 2% de estos testigos resultaron heridos durante los incidentes, ya sea por disparos o por otros daños derivados de la violencia. El estudio, realizado por sociólogos y criminólogos de las universidades de Colorado y Minesota, destaca la prevalencia de los tiroteos y cómo estos ya se convirtieron en un grave problema de salud pública en Estados Unidos.

Por otro lado, el estudio también revela el impacto psicológico que los tiroteos tienen sobre quienes los presencian. Aproximadamente el 75% de las personas que no resultaron heridas reportaron haber experimentado angustia emocional debido a los eventos vividos. Más de la mitad de los participantes que afirmaron haber sido testigos de un tiroteo señalaron que estos incidentes ocurrieron en los últimos diez años, lo que sugiere una mayor frecuencia de estos sucesos violentos.

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Al respecto, David Pyrooz, autor principal del estudio y doctor en Sociología por la Universidad de Colorado Boulder, señala que este fenómeno refleja la realidad de una generación que ha crecido en un contexto de violencia armada. Según Pyrooz, aunque la matanza de Columbine en 1999 fue un punto de inflexión, los tiroteos se han vuelto tan frecuentes que los jóvenes los perciben como parte de su entorno cotidiano.

Finalmente, a este panorama se suman los datos más recientes de la ONG Gun Violence Archive, que revelan la magnitud del problema. Desde el inicio del año, se han registrado 2,687 muertes por armas de fuego en Estados Unidos, mientras que más de 4,400 personas han resultado heridas. Además, se han producido 48 tiroteos masivos, que son aquellos en los que al menos cuatro personas son alcanzadas por disparos, sin contar al agresor.