Los migrantes indocumentados no son criminales, según la ley: lo que la Casa Blanca no explicó

La administración del presidente Donald Trump ha adoptado un enfoque muy severo respecto a los migrantes indocumentados en Estados Unidos, creando un clima de incertidumbre y miedo entre más de 11 millones de personas que residen en el país sin un estatus legal. Recientemente, la Casa Blanca reafirmó su posición, equiparando a los migrantes en situación irregular con “criminales”.

Durante una rueda de prensa, la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, aseveró que todas las personas arrestadas en operativos recientes del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) tienen un “récord criminal” debido a su estatus migratorio ilegal.

“Es un gran cambio cultural en nuestro país ver a alguien que rompe con las leyes migratorias como criminal, pero eso es exactamente lo que son”, afirmó Leavitt.

No obstante, bajo la legislación estadounidense, la entrada o permanencia sin autorización en el país no se considera un delito criminal, sino una infracción civil. Es decir, el solo hecho de estar indocumentado no otorga a estas personas un “récord criminal”, como lo sugirió la portavoz de la Casa Blanca.

Delitos relacionados con la inmigración: una distinción clave

Es importante señalar que cruzar la frontera sin inspección, que está catalogado como “ingreso indebido”, y reingresar al país después de haber sido deportado sí constituyen infracciones penales. El primero es considerado un delito menor, mientras que el segundo se clasifica como un delito grave. Sin embargo, la gran mayoría de los migrantes indocumentados no cometen estos delitos.

De acuerdo con un informe de la organización American Immigration Council, en los últimos años, el Gobierno estadounidense ha intensificado las judicializaciones contra las personas que violan estas leyes migratorias. Esto resulta en consecuencias negativas, como la separación de familias, y una creciente criminalización de la inmigración.

“La judicialización de estas infracciones, impulsada por órdenes ejecutivas de Trump, ha aumentado los costos humanos de la inmigración irregular”, señala el informe.

La promesa de Trump: deportación masiva y un enfoque selectivo

En su campaña electoral, Trump prometió llevar a cabo una de las mayores deportaciones masivas en la historia de Estados Unidos. De acuerdo con su estrategia, las prioridades serían las personas que hubieran cometido delitos en territorio estadounidense. Desde su primer día en la Casa Blanca, el mandatario ha implementado políticas de detención y deportación agresivas, destacando públicamente los arrestos realizados por el ICE.

A pesar de que se proporcionan cifras específicas sobre algunas detenciones, la Administración Trump mantiene en secreto detalles sobre el perfil de los detenidos, su nacionalidad y si contaban con antecedentes criminales previos.

“Solo el 52% de las 1.179 personas arrestadas en un operativo el domingo pasado tenían antecedentes criminales”, revelaron fuentes internas citadas por NBC News.

De hecho, el resto de los arrestados eran personas que no habían cometido delitos violentos o incluso carecían de cualquier antecedente criminal, salvo por su infracción civil relacionada con la inmigración.

Estudios sobre la criminalidad de los migrantes

Al respecto, diversos estudios, incluido uno realizado por la Universidad de Stanford, han demostrado que los migrantes, ya sean indocumentados o no, son menos propensos a cometer delitos o ser condenados por ellos que los nacidos en Estados Unidos. Estos hallazgos contradicen la afirmación de la Casa Blanca de que todos los migrantes sin papeles son criminales.

Según la investigación de Stanford, “los migrantes indocumentados tienen tasas de criminalidad más bajas que los ciudadanos estadounidenses”.