Los secretos detrás del cónclave del siglo XXI

El próximo 7 de mayo, la Capilla Sixtina se convertirá nuevamente en el epicentro espiritual del mundo católico con el inicio del cónclave, un ritual que, aunque ha resistido el paso del tiempo, mantiene una vigencia absoluta en la vida de la Iglesia. A partir de ese día, 133 cardenales electores se reunirán bajo estricto aislamiento para elegir al nuevo papa, un proceso envuelto en solemnidad, recogimiento y siglos de tradición.

La víspera: aislamiento en Santa Marta

La tarde del 6 de mayo, los cardenales se trasladarán a la Casa de Santa Marta, dentro del Vaticano. Será allí donde compartirán una última cena antes del encierro, marcando el comienzo del aislamiento absoluto del mundo exterior. A partir de ese momento, quedarán completamente incomunicados.

7 de mayo: el día clave

El día comenzará a las 08:00 GMT con la misa “pro eligendo Papa”, presidida por el decano del colegio cardenalicio, Giovanni Battista Re, en la Basílica de San Pedro, abierta al público.

Ya por la tarde, a las 14:30 GMT, los cardenales caminarán en solemne procesión hacia la Capilla Sixtina, entonando el himno “Veni Creator Spiritus”, invocando al Espíritu Santo para guiar sus decisiones.

“Extra omnes”: el mundo queda fuera

Una vez dentro de la Capilla Sixtina, y tras prestar el juramento de rigor, el maestro de celebraciones litúrgicas, Diego Ravelli, pronunciará la frase clave que marca el inicio oficial del cónclave: “Extra omnes”. Con estas palabras —que significan “todos fuera”— se cierran las puertas y se interrumpe la transmisión en directo. Solo los cardenales electores permanecerán dentro.

Después, el cardenal Raniero Cantalamessa, predicador de la Casa Pontificia por más de cuatro décadas, ofrecerá la segunda y última meditación prevista por la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, y abandonará la sala junto a los demás no electores.

El cónclave será presidido por el cardenal Pietro Parolin, ya que el decano Re, de 91 años, no asumirá esa función.

Sistema de votación: secreto y sagrado

Las votaciones se realizarán en cuatro rondas diarias: dos en la mañana, luego del rezo de los laudes, y dos en la tarde, desde las 16:00 hora local (14:00 GMT). Para que un candidato sea elegido como sucesor de Pedro, deberá alcanzar una mayoría de dos tercios de los votos.

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Cada cardenal recibe varias papeletas en blanco. En secreto y con letra clara, escriben el nombre de su elegido. Luego, al acercarse al altar, proclaman solemnemente:

“Invoco a Cristo el Señor, que me juzgará, por testigo de que mi voto se da a quien, según Dios, creo que debe ser elegido”.

Posteriormente, la papeleta se deposita en un cáliz, y se inicia el meticuloso proceso de escrutinio. Los tres cardenales escrutadores mezclan, cuentan y leen los votos en voz alta. Las papeletas se perforan y se cosen con hilo, y todos los documentos se queman en una estufa junto con productos químicos que determinan el color del humo.

La señal que todo el mundo espera: la fumata

Tras cada dos votaciones, se genera la conocida fumata. Si el humo que emana de la Capilla Sixtina es negro, significa que no hay aún consenso. Si es blanco, acompañado por el repique de seis campanas en San Pedro, el mundo sabrá que ya hay nuevo Papa.

La “sala de las lágrimas”

Una vez elegido el pontífice, este es conducido a la sacristía contigua conocida como la “sala de las lágrimas”, un lugar íntimo donde podrá desahogar la emoción contenida. Allí le esperan vestiduras papales de varias tallas.

Últimas congregaciones y llegada de cardenales

Cabe mencionar que, en los días previos, los cardenales han ido llegando a Roma. Uno de los últimos en arribar fue Ignatius Suharyo Hardjoatmodjo, arzobispo de Yakarta, tras un viaje de 18 horas. Además, este lunes 5 de mayo se celebró la décima congregación general, en la que participaron 179 cardenales, de los cuales 132 tienen derecho a voto. Según explicó el portavoz vaticano Matteo Bruni, en esa sesión hubo 26 intervenciones que abordaron temas fundamentales como la misión de la Iglesia, la justicia social, la guerra y la unidad eclesial.

De igual manera, Bruni informó que el Camarlengo sorteó las habitaciones para los cardenales en Santa Marta y un edificio adyacente, donde ya pueden alojarse desde el martes. El juramento del personal laico y eclesiástico involucrado en el cónclave se realizará en la Capilla Paulina a las 17:00, bajo pena de excomunión para quienes revelen cualquier detalle del proceso.

“Todas las personas que participarán, aprobadas por el cardenal camarlengo y los tres cardenales asistentes, deberán prestar y firmar el juramento prescrito”, señaló Bruni.

Finalmente, se detalló que el acceso a la Capilla Sixtina estará blindado, por lo que los cardenales podrán trasladarse a pie o en minibuses, acompañados por fuerzas de seguridad. Asimismo, se sellarán espacios cercanos como la Sala Regia y la Capilla Paulina, ambas decoradas con frescos de Miguel Ángel.