En Afganistán, el sistema educativo está siendo radicalmente modificado por los talibanes, quienes eliminaron cualquier contenido que contradiga su visión ideológica de los libros escolares. Estas acciones evidencian una estrategia cuidadosamente diseñada para consolidar su dominio mediante el adoctrinamiento.

Según con un informe reciente de la organización afgana de derechos humanos Rawadari, “en los últimos tres años, los talibanes han realizado cambios fundamentales en los planes educativos de las escuelas y universidades del país”

Dicha organización, liderada por Shahrzad Akbar, exdirectora de la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Afganistán, se dedica a documentar las violaciones sistemáticas a los derechos humanos bajo el régimen talibán.

Restricciones en contenidos educativos clave

Entre las transformaciones más relevantes, los talibanes prohibieron que las niñas cursen estudios más allá del sexto grado o accedan a la universidad. A la par, eliminaron de los currículos escolares materias relacionadas con derechos humanos, democracia, igualdad de género y libertades civiles, justificando que dichos temas contradicen su ideología.

Al respecto, Rawadari subraya que “todos los enfoques inclusivos y no discriminatorios han sido eliminados del sistema educativo, afectando particularmente a las minorías étnicas y religiosas”.

De forma similar, restringieron severamente la enseñanza de lenguas maternas y contenidos culturales o históricos de las minorías. Además, limitaron drásticamente los programas de alfabetización dirigidos a niñas con discapacidad.

Por otro lado, Sardar Mohammad Rahimi, exviceministro de Educación de Afganistán y actualmente académico en Francia, enfatiza que “los talibanes han eliminado numerosos contenidos de los libros escolares, pero aún carecen de la capacidad técnica y humana para rediseñar completamente los planes de estudio”.

De acuerdo con su explicación, esta transformación completa podría tomarles al menos cinco años. Mientras tanto, han enfocado sus esfuerzos en fortalecer las madrasas, o escuelas religiosas, que reflejan su visión conservadora del islam.

El auge de las escuelas religiosas

Como resultado de estas políticas, las madrasas se han convertido en el pilar del sistema educativo bajo el régimen talibán. Estas instituciones, controladas directamente por el gobierno, promueven una interpretación extremadamente rígida del islam sunita y buscan instaurar un sistema social basado en la Sharía.

En este contexto, Rahimi alerta que “la expansión de estas escuelas religiosas es un peligro para el desarrollo social del país”, ya que no solo sustituyen a las instituciones educativas tradicionales, sino que también forman a las nuevas generaciones dentro de un marco ideológico inflexible que perpetúa el control talibán.

Impacto devastador en mujeres y niñas

Es importante mencionar que las mujeres y niñas afganas son las más perjudicadas por estos cambios. Desde el retorno al poder de los talibanes, los avances logrados en derechos de las mujeres en las últimas dos décadas fueron completamente eliminados. 

Con relación a lo antes mencionado, Maryam Marof Arwin, activista de derechos humanos, declaró que “los talibanes han convertido el país en un infierno de opresión estructural y violencia sistemática contra mujeres y niñas”.

Junto a estas restricciones educativas, impusieron normativas extremadamente estrictas sobre la vida diaria de las mujeres. Por ejemplo, se les prohíbe hablar en voz alta fuera del hogar y deben cubrirse completamente en público. Estas leyes, supervisadas por una “policía moral”, han derivado en castigos brutales, como flagelaciones públicas, encarcelamientos y violencia sexual bajo custodia. Además, muchas niñas que no pueden acceder a la escuela son obligadas a casarse a edades tempranas, lo que incrementa aún más su vulnerabilidad.

Necesidad de soluciones coordinadas

Frente a esta situación alarmante, expertos como Rahimi insisten en la importancia de implementar estrategias educativas alternativas. En sus palabras, “necesitamos un plan coordinado para la educación en línea en Afganistán”. Actualmente, diversos proyectos internacionales intentan ofrecer material educativo a niñas excluidas del sistema, aunque su impacto es limitado debido a la falta de organización.