MECA, Arabia Saudita — Una devastadora ola de calor ha cobrado la vida de más de 1.000 fieles durante la peregrinación anual del Hach en La Meca, dejando a familias desesperadas en busca de seres queridos desaparecidos en hospitales, con escasa información y pocas respuestas de parte de las autoridades saudíes. Esta tragedia ha puesto de manifiesto una grave crisis humanitaria durante uno de los eventos religiosos más importantes del Islam.

Un recuento actualizado de las muertes por AFP el pasado jueves 20 de junio ha revelado que más de la mitad de las víctimas eran peregrinos no registrados, provenientes de al menos diez países diferentes. El hach, uno de los cinco pilares del Islam, es un deber obligatorio para los musulmanes que tienen los medios para llevarlo a cabo. Sin embargo, muchas personas de países como Egipto, Malasia, Pakistán, India, Jordania, Indonesia, Irán, Senegal, Túnez y el Kurdistán iraquí realizan el viaje a través de canales no oficiales debido a restricciones financieras.

Esta situación supone un riesgo mortal, ya que los peregrinos no registrados no tienen acceso a las instalaciones con aire acondicionado proporcionadas por las autoridades saudíes para los peregrinos autorizados. Enfrentándose a temperaturas abrasadoras que alcanzaron los 51,8 ºC, muchos de estos fieles no soportaron las inclemencias del intenso calor.

La cuota de visas Hajj asignada por el gobierno saudí a diferentes países cada año no ha sido suficiente para contener a las decenas de miles de peregrinos irregulares que arriesgan sus vidas para alcanzar la ciudad sagrada. Al menos 658 de los fallecidos eran de nacionalidad egipcia, según indicó un diplomático árabe, quien también señaló que representantes egipcios en Arabia Saudita han sido informados de hasta 1.400 casos de peregrinos desaparecidos, incluyendo a los fallecidos.

La principal causa de muerte entre los peregrinos egipcios este año ha sido el calor extremo. La tragedia ha generado una creciente preocupación sobre la responsabilidad del gobierno saudí para garantizar la seguridad de todos los peregrinos, incluyendo aquellos que llegan a través de medios no oficiales. Ante una peregrinación que atrae a millones de fieles cada año, se hace imperativo que se tomen medidas adicionales para proteger las vidas de todos los peregrinos, independientemente de su estatus.

Con información de AFP