By Natalia Rueda 
En la madrugada del 31 de mayo, la ciudad de Barranquilla en Colombia se vio sacudida por una tragedia inesperada cuando un puente que conectaba la ciudad con el municipio vecino de Soledad se derrumbó de manera repentina. Este puente, que había estado en servicio por más de 30 años, era una importante vía de tráfico en la zona y su colapso provocó el caos y la consternación de toda la comunidad.
Según los primeros informes, dos vehículos y una motocicleta cayeron al profundo hueco creado por el derrumbe, cobrando la vida de al menos cuatro personas. Los servicios de emergencia acudieron de inmediato al lugar, rescatando a los heridos y recuperando los cuerpos de aquellos que no pudieron escapar de la fatal caída. Los heridos fueron trasladados a centros asistenciales cercanos para recibir atención médica.
Este trágico incidente ha generado debates y cuestionamientos sobre la seguridad de las infraestructuras en Colombia, y ha puesto de relieve la importancia del mantenimiento y la supervisión adecuados. El secretario de Gobierno de Soledad, Carlos Valencia, reveló que en enero de este año habían solicitado a la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) una revisión del puente del Inem, pero aparentemente no se tomó ninguna acción al respecto.
Desafortunadamente, esta no es la primera vez que Colombia es testigo de un accidente de este tipo debido a la falta de inversión y el escaso mantenimiento de sus puentes y carreteras. La población exige respuestas y soluciones por parte del gobierno, ya que la seguridad y el bienestar de los ciudadanos deben ser una prioridad absoluta.