Bogotá está enfrentando una crisis que no tiene marcha atrás: la escasez de agua poatable. En la capital del país, el agua se está agotando rápidamente y muchos aún no parecen entender la gravedad del asunto. No hay lluvias, las sequías afectan las tierras y las fuentes naturales de agua, como las lagunas de Chingaza, que se están quedando sin agua debido al consumo desmedido.
La falta de conciencia ciudadana agrava aún más esta problemática. Parece que la comunidad no comprende que este es un asunto real y que, en un futuro cercano, no habrá suficiente agua en la ciudad para abastecer las necesidades básicas. A pesar de las medidas de racionamiento implementadas por la alcaldía, que incluyen cortes de agua diario por zonas, el consumo y el desperdicio continúan a niveles alarmantes.
Para hacer frente a esta situación crítica, la alcaldía y el acueducto de Bogotá han establecido un nuevo decreto con medidas y sanciones más estrictas que entrarán en vigencia en las próximas dos semanas. Esta nueva ley impondrá multas a aquellos que sean sorprendidos desperdiciando agua, el valor de estas multas pueden llegar a los $693.328. También se prohíbe el uso de agua potable para lavar autos, patios o regar jardines, ya que la ciudad no está en condiciones de permitir ese tipo de derroche.
Se permitirá el uso de agua reciclada o de lluvia para estas actividades, pero ¿qué sucede si en Bogotá no ha llovido en meses? Asimismo, se multará a aquellos que recojan agua de fuentes naturales sin el permiso de las autoridades, y a aquellos que dañen o contaminen las fuentes de agua de la ciudad.
Estas medidas aplican para todos, incluyendo a empresas que, debido a su naturaleza, tienden a utilizar una cantidad significativa de agua. A principios de septiembre, la Comisión de Regulación de Agua Potable (CRA) estableció límites de consumo por estratos en Bogotá. Los residentes de los estratos 1 a 4 deben limitar su consumo mensual a 12 m3/s, mientras que los estratos 5 y 6 serán permitidos un máximo de 9 m3/s.
Esta situación es grave y requiere de la acción y cooperación de todos. Desde la alcaldía, se han tomado medidas y se han implementado sanciones, pero es necesario que cada ciudadano tome conciencia de la importancia de cuidar y preservar este recurso vital. Es fundamental que el ahorro de agua empiece desde los propios hogares, a través de pequeñas acciones como cerrar la llave mientras nos lavamos los dientes o nos enjabonamos en la ducha. Reducir la huella hídrica también implica ser conscientes en nuestras actividades diarias y disminuir actividades innecesarias.