Políticos corruptos podrían caer tras es arresto de ‘El Mayo Zambada’

El jueves 25 de julio marcó uno de los momentos más importantes en la lucha contra el narcotráfico en México: la captura de Ismael ‘El Mayo’ Zambada en la ciudad de El Paso, Texas. Un evento que no solo ha sacudido al Cártel de Sinaloa, sino que también promete desencadenar revelaciones con potencial de remecer la estructura política mexicana.

En entrevistas recientes, Esquivel ha detallado cómo el hijo de Zambada, Jesús Vicente Zambada Niebla, conocido como “El Vicentillo”, ya había expuesto ante las autoridades estadounidenses la operación interna del cártel, incluyendo sobornos a políticos, policías, y gobernadores. A pesar de sus confesiones, las autoridades nunca consiguieron arrestar a “El Mayo”. Esta incapacidad de la justicia norteamericana para capturar al capo, aún con información detallada, refuerza la hipótesis de la existencia de redes de protección sumamente poderosas.

Las implicaciones del arresto de Zambada son inmensas. Si ‘El Mayo’ decide colaborar con las autoridades, las revelaciones sobre los sobornos y corrupción pueden desenmascarar a figuras prominentes del espectro político mexicano. Una de las más afectadas por esta eventualidad sería la gestión del expresidente Felipe Calderón (2006-2012), durante cuyo mandato la lucha contra el narcotráfico se intensificó de forma dramática, aunque con cuestionables resultados.

Uno de los casos más controvertidos durante la administración de Calderón involucró a su secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, quien fue arrestado en diciembre de 2019 en Estados Unidos bajo cargos de corrupción y vínculos con el Cártel de Sinaloa. Las acusaciones indican que García Luna había recibido sobornos millonarios para permitir la operación del cártel con total impunidad. Calderón, si bien ha negado tener conocimiento de estas actividades, no ha podido evitar el cuestionamiento sobre la transparencia de su gestión.

Las declaraciones pendientes de Zambada podrían además situar la corrupción en niveles más profundos del sistema político mexicano, no solo afectando a Calderón, sino también a otros políticos prominentes englobados en esta red.

La entrega del capo del cartel de Sinaloa, no representa solo un triunfo en la guerra contra el narcotráfico, sino una oportunidad crucial para revelar la connivencia entre el crimen organizado y el aparato político mexicano. Esta complicidad ha permitido que los cárteles operen con una sorprendente libertad, causando estragos tanto en México como en Estados Unidos.

Es imposible prever el alcance completo de las revelaciones que puedan surgir. Sin embargo, la captura de “El Mayo” Zambada es una puerta abierta hacia una verdad que muchos en el poder han intentado mantener cerrada. Si los rumores y testimonios se confirman, podríamos estar presenciando el comienzo de un cambio significativo en cómo se confronta al crimen organizado en México y, potencialmente, una regeneración del sistema político que ha permitido su proliferación. La historia está en marcha, y el desenlace aún está por escribirse.