En un movimiento que refuerza su enfoque en la crisis venezolana, Estados Unidos, a través de su programa “Rewards for Justice”, incrementó significativamente las recompensas ofrecidas por la captura de Nicolás Maduro, Diosdado Cabello y Vladimir Padrino López. Este programa, reconocido por su papel en la captura de figuras como Osama bin Laden y Aymán al-Zawahirí, ahora asigna a estos líderes del régimen venezolano cifras que alcanzan niveles históricos.
Como resultado de la reciente juramentación de Nicolás Maduro, considerada inconstitucional por numerosos gobiernos internacionales, el Departamento de Estado de EE. UU. anunció una recompensa de 25 millones de dólares por información que facilite su captura. Este monto, reservado exclusivamente para casos que representan amenazas críticas a la seguridad global, había sido utilizado anteriormente en situaciones de gran impacto, como los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001.
Un mensaje contundente a nivel global
De acuerdo con datos históricos, la recompensa por Maduro supera ampliamente la que en su momento se ofreció por Pablo Escobar, líder del Cártel de Medellín. Ajustando la cifra por inflación, la oferta por Escobar equivaldría a 6,9 millones de dólares actuales, una cantidad considerablemente menor. Esta comparación pone de relieve el mensaje simbólico de Washington: la captura de Maduro es una prioridad al nivel de los operativos más significativos contra el terrorismo global.
“Estamos empleando recursos equiparables a los utilizados contra Al Qaeda para enfrentar el narcotráfico, la corrupción y las violaciones de derechos humanos vinculadas al régimen venezolano”, destacó un portavoz del Departamento de Estado al referirse a la medida.
El narcotráfico como motor del régimen
Según lo señalado por el Departamento de Estado, Nicolás Maduro y Diosdado Cabello encabezan una organización criminal transnacional que emplea el narcotráfico como una de sus principales fuentes de ingresos. Dicha estructura, descrita como un “Estado narco”, moviliza enormes cantidades de cocaína hacia los mercados de Estados Unidos y Europa. Además, estos recursos ilícitos, según informes oficiales, son utilizados para financiar la maquinaria represiva del régimen y garantizar su permanencia en el poder.
Adicionalmente, esta actividad criminal ha tenido un impacto desestabilizador en toda la región, alimentando redes de corrupción y debilitando las instituciones democráticas en América Latina. Por lo tanto, la estrategia de Washington busca no solo debilitar al régimen, sino también reducir los efectos colaterales que sus operaciones generan en países vecinos.
Un esfuerzo por la justicia internacional
En este contexto, la medida de aumentar las recompensas se enmarca en un esfuerzo más amplio de Estados Unidos por ejercer presión sobre el régimen de Maduro. A través de este enfoque, el gobierno estadounidense pretende consolidar alianzas internacionales para garantizar que los responsables de crímenes de lesa humanidad y actividades ilícitas rindan cuentas.
Como lo han señalado expertos en seguridad internacional, esta decisión refleja la determinación de Washington de combatir una amenaza que trasciende las fronteras venezolanas, afectando no solo la estabilidad política de América Latina, sino también la seguridad global. A su vez, se subraya que la lucha contra el régimen venezolano es comparable en prioridad y alcance a otras grandes operaciones de seguridad internacional lideradas por Estados Unidos.