Hoy en día, los teléfonos inteligentes desempeñan un doble papel en todo el mundo. Por un lado, sirven como dispositivos de comunicación y, por otro, son supuestos espías de gigantes empresariales. Una reciente revelación ha desatado la polémica: parece que nuestras conversaciones personales ya no son privadas. Según varios informes y documentos filtrados, las grandes empresas de marketing han admitido que utilizan su software de “escucha activa” para vigilar las conversaciones de los teléfonos inteligentes con fines publicitarios.

Amplificar las voces con fines lucrativos

Según los expertos, esta práctica invasiva de escucha se ha convertido en una industria multimillonaria. Una empresa de marketing asociada a Meta y Google ha reconocido la utilización de micrófonos de teléfonos inteligentes para escuchar conversaciones y ofrecer anuncios basados en los datos obtenidos. Este inquietante hecho confirma las sospechas, largamente sostenidas, de que nuestros dispositivos pueden estar escuchándonos para ponerlos al servicio de agresivas prácticas de marketing.

El derecho a la intimidad

Muchos se preguntan: ¿Cómo pueden empresas como Meta y Google llevar a cabo tales prácticas? Está claro que estas acciones plantean numerosas cuestiones éticas y jurídicas en torno a la invasión de la privacidad y la seguridad de los datos. Ahora, los usuarios empiezan a actuar con cautela, y algunos incluso optan por eliminar estas aplicaciones de sus dispositivos. La privacidad importa, y parece que la confianza en estos gigantes tecnológicos está flaqueando.

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