En un trágico reflejo de la crisis de violencia de género que azota a México, el estado de Puebla ha visto un alarmante incremento en los homicidios y feminicidios de mujeres. En lo que va del 2024, las estadísticas oficiales de el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública destacan un panorama sombrío: 200 mujeres fueron asesinadas, 32 de esos casos fueron feminicidios. Este desolador reporte sitúa a Puebla en la sexta posición a nivel nacional en cuanto a feminicidios, con Nuevo León, el Estado de México y Morelos encabezando la lista.

Puebla no solo enfrenta una crisis de feminicidios, sino una ola generalizada de violencia contra las mujeres. Las cifras son contundentes: 1.926 mujeres resultaron lesionadas en distintos incidentes, de las cuales 1.570 sufrieron lesiones dolosas y 356 lesiones culposas.

En cuanto a otros delitos de violencia contra las mujeres, Puebla se posiciona en el lugar cuatro a nivel nacional en casos de secuestro, registrando 10 en los primeros ocho meses de 2024. También se contabilizaron 35 casos de mujeres víctimas de extorsión, 26 por corrupción de menores y 18 por trata de personas.

La situación es tan alarmante que, en solo ocho meses, se recibieron en Puebla más de 9.500 llamadas de emergencia relacionadas con incidentes de violencia contra las mujeres. Esto incluye casos de abuso sexual, acoso y hostigamiento, violación, así como de violencia de pareja y violencia familiar.

Es hora de que el gobierno implemente políticas más efectivas, de aumentar las penas y castigos para los agresores, de brindar un sistema de justicia que funcione para las mujeres y que las haga sentir protegidas. No podemos seguir viviendo bajo la sombra de la violencia de género. Las mujeres merecen vivir libres, sin miedo y con dignidad.

Cada mujer asesinada, lesionada o violentada no es solo una estadística, es una pérdida irreparable que deja un vacío en el corazón no solo de una familia sino de la sociedad en conjunto. Es hora de que la voz de las mujeres sea escuchada y sus derechos sean respetados.

Con información de Milenio