El Kremlin apuesta por premiar con miles de dólares a jóvenes en edad escolar que tengan hijos, mientras la población rusa cae a niveles históricamente bajos tras tres años de conflicto armado y sanciones internacionales.
En una movida que ha encendido la polémica tanto dentro como fuera de sus fronteras, el gobierno de Rusia ha decidido profundizar su programa de incentivos económicos para fomentar la maternidad entre adolescentes. Las autoridades ofrecerán hasta 1 millón de rublos (aproximadamente 11.200 dólares) a jóvenes en edad escolar que se conviertan en madres, como parte de una estrategia estatal para frenar el grave declive poblacional que enfrenta el país.
El plan fue relanzado con mayor alcance este mes por organizaciones patrióticas cercanas al Kremlin, en alianza con gobiernos regionales, y se dirige especialmente a niñas y jóvenes de entre 14 y 19 años. La iniciativa se promociona bajo el lema de “maternidad como acto heroico”, apelando al deber nacional en tiempos de guerra y crisis.
Un país que se despuebla
Desde el inicio de la invasión a Ucrania en 2022, Rusia ha perdido más de 3 millones de habitantes, según estimaciones de demógrafos independientes y reportes del Instituto de Estadísticas Rosstat. A las bajas por el conflicto que se mantiene activo en varias regiones del este ucraniano, se suman la emigración masiva de jóvenes, la caída sostenida de la natalidad y el deterioro del sistema de salud.
La población rusa envejece aceleradamente, y la guerra ha dejado profundas secuelas en el tejido social. “Ya no es solo un problema demográfico, es una crisis de futuro”, señaló recientemente la socióloga rusa Elena Zudina en una entrevista con el medio independiente Novaya Gazeta.
Dinero a cambio de bebés
Los pagos por cada nacimiento no solo incluyen el millón de rublos, sino también beneficios complementarios como ayuda en vivienda, acceso prioritario a hospitales, y becas para madres jóvenes. Sin embargo, no hay garantías claras de protección social a largo plazo, y muchos expertos temen que las adolescentes terminen en situaciones de vulnerabilidad extrema.
La campaña se ha viralizado en redes sociales como VKontakte e Instagram, donde influencers patrióticas promueven la idea de la maternidad adolescente como una forma de “servicio a la patria”. En uno de los videos más compartidos del mes, una joven de 17 años asegura entre lágrimas: “Tener un hijo es mi forma de ayudar a Rusia a ganar”.
Críticas dentro y fuera de Rusia
Diversos organismos internacionales han condenado la política por considerar que instrumentaliza los cuerpos de las mujeres jóvenes para propósitos geopolíticos. La organización Human Rights Watch denunció esta semana que el programa puede fomentar embarazos forzados, abandono escolar y matrimonios precoces.
Por su parte, la Comisión Europea ha expresado “preocupación por las implicaciones éticas y los derechos de las niñas involucradas”, y ha instado a Rusia a cumplir con sus compromisos internacionales en materia de infancia y género.
Incluso dentro de Rusia hay voces críticas. La psicóloga Anna Khramtsova, experta en desarrollo adolescente, advirtió que “los adolescentes no están emocional ni psicológicamente preparados para asumir la maternidad, y mucho menos como parte de un mandato estatal”.