La administración del presidente Donald Trump ha concedido una prórroga de 75 días a la empresa china ByteDance para concretar la venta de su plataforma TikTok a una compañía estadounidense, en una decisión que mantiene en vilo al ecosistema digital global y reaviva las tensiones entre Washington y Pekín.
La medida, anunciada este viernes por el Departamento del Tesoro, extiende el plazo original impuesto en febrero pasado, cuando la Casa Blanca exigió que TikTok fuera vendida o enfrentaría una prohibición total en el país por motivos de seguridad nacional.
Seguridad nacional en el centro del debate
Desde su regreso a la presidencia, Trump ha retomado con fuerza su política de confrontación tecnológica con China, alegando que TikTok representa una amenaza para la privacidad de los ciudadanos estadounidenses y puede ser utilizada por el gobierno chino como herramienta de espionaje y manipulación de contenidos.
“Debemos proteger los datos de nuestros ciudadanos. Ninguna aplicación extranjera debería tener tanto acceso sin supervisión”, declaró Trump en una rueda de prensa este viernes.
TikTok, con más de 150 millones de usuarios activos mensuales en Estados Unidos, ha negado sistemáticamente las acusaciones, asegurando que almacena los datos de sus usuarios estadounidenses en servidores locales y bajo estrictas políticas de privacidad.
Empresas interesadas y panorama incierto
La prórroga abre la puerta para que empresas estadounidenses continúen las negociaciones con ByteDance. Aunque no se han revelado públicamente los detalles de los oferentes, fuentes cercanas a la operación mencionan a Oracle, Microsoft y un consorcio liderado por Walmart como posibles interesados en adquirir al menos una participación mayoritaria en las operaciones de TikTok en EE. UU.
Expertos en tecnología advierten que no se trata solo de una venta corporativa, sino de una disputa geopolítica de alto nivel.
“Estamos viendo cómo la política exterior y la regulación digital se entrelazan como nunca antes. El futuro de TikTok será un precedente para cualquier app extranjera que quiera operar en territorio estadounidense”, explicó Sarah Kaplan, profesora de negocios y tecnología en la Universidad de Georgetown.
Reacción de China y consecuencias globales
Desde Pekín, el Ministerio de Asuntos Exteriores criticó la prórroga, calificándola de “presión injustificada” sobre una empresa privada. Advirtió además que cualquier intento forzado de venta podría violar principios internacionales de libre comercio.
El caso de TikTok se ha convertido en un símbolo de la creciente fragmentación de Internet, donde cada vez más países buscan controlar el flujo digital dentro de sus fronteras, en lo que expertos denominan la “balcanización tecnológica”.
Lo que viene
El nuevo plazo de 75 días vence a finales de junio, lo que deja a ByteDance un margen limitado para concretar la venta o rediseñar su estructura operativa en EE. UU. En caso de no lograrse un acuerdo, la app podría ser retirada de las tiendas de aplicaciones y bloqueada por proveedores de servicios en el país.
Mientras tanto, millones de usuarios, creadores de contenido y anunciantes observan con incertidumbre cómo se desarrolla una disputa que trasciende el entretenimiento y pone sobre la mesa temas clave como privacidad, soberanía digital y libre mercado.