Durante los meses de verano, los conductores de Uber y Lyft en la ciudad de Nueva York vivieron un período tumultuoso, marcado por bloqueos prolongados de las mismas aplicaciones que facilitaban su trabajo. Esto no solo afectó las ganancias de los conductores, sino que también interrumpió los servicios para los pasajeros que dependen de estas plataformas de transporte.

Las lagunas legales

Muchos conductores se sintieron atraídos por Uber y Lyft en los días de prosperidad, atribuidos al potencial de ingresos significativo que ofrecían estas plataformas. Sin embargo, esa misma atracción llevó a una saturación de conductores, lo que resultó en un exceso de oferta que precipitó problemas de flujo de efectivo.

Según la ley local de Nueva York, los conductores deben recibir una compensación por el tiempo que pasan esperando entre viajes. Sin embargo, una investigación de Bloomberg reveló que Uber y Lyft descubrieron una laguna legal para eludir esta regulación y ahorrar dinero. Las empresas simplemente prohibieron a los conductores iniciar sesión en las aplicaciones, eliminando así de hecho su tiempo de espera y negándoles millones de dólares en pagos debidos.

Impulsadas por la fórmula de pago única de Nueva York, Uber y Lyft tenían un incentivo insidioso para evitar que los conductores iniciaran sesión, incluso durante períodos de alta demanda. Esta estrategia limitó aún más la oferta de conductores y puede haber llevado a precios más altos para los pasajeros. Muchos conductores se enfrentaron a la incertidumbre de no saber cuándo podrían trabajar y tuvieron que pasar horas no remuneradas en la carretera para mantener sus ganancias habituales.

En resumen, los conductores de Uber y Lyft en la ciudad de Nueva York experimentaron un verano difícil en términos económicos, debido a las prácticas injustas de estas empresas que buscaban evadir su responsabilidad de garantizar una compensación justa a sus conductores.

Con información de Bloomberg