Desde que el Washington Post anunció la semana pasada que no respaldará a ningún candidato en las próximas elecciones presidenciales, el medio ha enfrentado una fuerte reacción: más de 200,000 suscriptores cancelaron su membresía, lo que representa un 8% de su base de suscripciones digitales.
Según lo reportado por NPR citando a “dos personas en el periódico con conocimiento de asuntos internos”, la pérdida de suscriptores ocurre en un momento en el que la situación financiera del Post ya es delicada, con retos de rentabilidad a pesar de su posicionamiento como el tercer medio en circulación, detrás de The New York Times y el Wall Street Journal.
Al respecto, se informó que la decisión de mantener una postura neutral en las elecciones fue promovida por el propietario del periódico, Jeff Bezos, quien en una columna publicada en el portal del Washington Post aseguró que la medida responde a “una decisión de principios” para proteger la independencia del periódico en tiempos de creciente desconfianza hacia la prensa.
“Lo que hacen los apoyos presidenciales es crear una percepción de parcialidad. Una percepción de no independencia. Acabar con ellos es una decisión de principios”, afirmó Bezos, subrayando la necesidad de proyectar imparcialidad en un entorno cada vez más polarizado. De acuerdo con Bezos, esta postura busca establecer un precedente que mantenga la reputación del Washington Post como un pilar informativo imparcial, en un contexto en el que el público es cada vez más crítico con el papel de los medios en la política.
No obstante, la postura generó diversas reacciones como la de Marty Barton, exdirector del Washington Post, quien criticó abiertamente la decisión en redes sociales, calificándola como “cobardía cuya víctima es la democracia”. Este comentario refleja un sentir común entre críticos y suscriptores, quienes cuestionan si el periódico pierde su responsabilidad como actor influyente en la democracia al no apoyar activamente a un candidato en estas elecciones clave.
Por otro lado, algunos periodistas y columnistas del propio Post, como Dana Milbank, han apelado a los lectores para que reconsideren su descontento y no cancelen sus suscripciones, argumentando que estas acciones podrían tener consecuencias graves para los reporteros y editores del medio, pues sus posiciones laborales podrían verse comprometidas en caso de una reducción sustancial de suscriptores.
Asimismo, Bezos rechazó las acusaciones de que la decisión responde a intereses empresariales o personales, especialmente a raíz de información sobre una reunión entre el consejero delegado de su compañía aeroespacial, Blue Origin, y el expresidente Donald Trump el mismo día del anuncio de neutralidad.
Finalmente, cabe señalar que, con esta decisión, el Washington Post se une a medios como el Los Angeles Times, que también optaron por la neutralidad política, argumentando que los tiempos de alta polarización exigen una prensa que mantenga distancia de los conflictos partidistas para ofrecer información imparcial.