La desigualdad económica puede empeorar por la pandemia, pues mientras para algunos Internet es clave para trabajar y estudiar desde casa, para otros es un lujo.
Los gobiernos de los países emergentes deben apoyar para que la inversión en Internet se complemente con el acceso universal a la electricidad, de lo contrario la brecha digital se ampliará con la pandemia, como ya empezó a ocurrir, señala un reporte del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Agrega que la desigualdad de ingresos y de oportunidades en los países pueden empeorar en la medida en que Internet de alta velocidad se ha vuelto clave para trabajar y estudiar desde casa, para la telemedicina y para el acceso de la población a los programas sociales y de servicios financieros, pero sigue siendo un lujo para quienes viven en lugares remotos.
Se podrían otorgar subsidios para que todos los hogares, incluidos los grupos desfavorecidos y los que viven en zonas rurales y remotas, tengan Internet de calidad y garantizar que no haya una brecha digital, recomienda el organismo.
“La mitad de la población mundial no tiene acceso a Internet, ya sea a través de un dispositivo móvil o de banda ancha de línea fija”, señala el reporte El bajo acceso a Internet conduce a la desigualdad, divulgado este lunes y que destaca la respuesta a la crisis de Covid-19 de El Salvador, Malasia y Nepal, con descuentos o exenciones a las tarifas de Internet.
El disparejo acceso a Internet incrementa incluso la disparidad entre hombres y mujeres en su participación en la fuerza laboral, salarios y acceso a servicios financieros, y podría ser el caso en muchos países emergentes y en desarrollo donde más hombres que mujeres poseen un teléfono móvil, dice el informe.
Agrega que la falta de conectividad también va en detrimento de la productividad en los países emergentes y en desarrollo, y cita una investigación de su personal técnico que encontró que el aumento de 1% en la proporción de la población que usa Internet mejoró el ingreso per cápita entre 0.1 y 0.4% en el África subsahariana.
La pandemia demuestra que tener Internet confiable permite a las empresas continuar sus operaciones en medio del bloqueo y eso hace funcionar a las economías, en tanto que la falta de acceso universal y asequible a la red puede aumentar la desigualdad de ingresos dentro y entre países, asevera.
Garantizar la conectividad también cerraría la brecha entre empresas, porque daría acceso a préstamos a los pequeños negocios para sus inversiones productivas en tecnología de la información y comunicaciones, añade el documento, y hasta los propios gobiernos podrían tener ahorros fiscales con la digitalización.
“Pueden reducir el costo público del cumplimiento tributario a través de un mayor acceso a los datos de los contribuyentes y una mejora en la eficiencia del gasto, lo que a su vez puede ayudar a financiar estas políticas”, concluye.
Redacción AN / ZR, Aristegui Noticias