Amenazada por la fuerza implacable del huracán Beryl, la ciudad de Houston, Texas se ha visto sumida en el caos. Lo que comenzó como una tormenta tropical se ha intensificado rápidamente y ha causado estragos en la región, con consecuencias catastróficas. A medida que la ciudad y sus alrededores intentan recuperarse de los fuertes vientos y las intensas lluvias, que han provocado inundaciones, bloqueos en las carreteras y cientos de vuelos cancelados, el estado de emergencia se ha vuelto cada vez más evidente.

Los residentes de Houston se han despertado con la devastadora noticia de que casi 3 millones de personas se quedaron sin electricidad después de que Beryl tocara tierra como huracán de categoría 1 el 8 de julio. Pero lo que es aún más devastador son las cuatro pérdidas de vida que se le atribuyen a la tormenta. Dos de estas personas, fallecieron después de que un árbol cayera sobre sus hogares.

Sin embargo, la lucha no ha terminado para los residentes de Houston. Además de los efectos directos del huracán, también deben enfrentar el calor extremo causado por el cambio climático. Este aumento de la temperatura no solo complica las tareas de recuperación, sino que también pone en peligro la salud y seguridad de los residentes afectados por la tormenta.

A medida que Beryl continúa avanzando, dejando un rastro de destrucción a su paso, es crucial seguir las instrucciones de los funcionarios locales y mantenerse informado sobre la tormenta. La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) ha confirmado que el cambio climático ha contribuido a la intensidad de Beryl, lo que resalta la importancia de tomar medidas para abordar esta creciente crisis ambiental.