Mientras México se prepara para su cuarta ola de calor este año ya la nación está en alerta máxima. En lo que va del año, las tres olas de calor anteriores ya han dejado un impacto preocupante, con 90 víctimas mortales y cerca de 2.000 casos de insolación. Los funcionarios de salud pública advierten que sin medidas preventivas, esta vez el país podría enfrentar consecuencias aún más graves.

Las altas temperaturas también han provocado un aumento considerable del consumo de energía. Informes de “La Jornada” indican un aumento del 3.5% en el uso de electricidad, lo que representa un desafío sustancial para la red eléctrica de México. Este aumento subraya la necesidad urgente de medidas de ahorro de energía y uso eficiente de la misma.

Sin embargo, las preocupaciones no terminan ahí. Se espera que el fenómeno de La Niña tenga un impacto en la temporada de lluvias, lo que podría resultar en precipitaciones más intensas en algunas zonas del país. Aunque esto traería un alivio al calor, también podría causar inundaciones y otros daños, por lo que es importante estar preparados para enfrentar cualquier escenario.

El calor también ha tenido un impacto devastador en la vida silvestre de México. La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales del país ha confirmado la muerte de 220 monos aulladores a causa de las altas temperaturas. Esta situación es alarmante y nos recuerda que no solo los seres humanos están en riesgo durante estas olas de calor, sino que también la flora y la fauna locales sufren y necesitan protección.

Ante estos desafíos, es fundamental tomar medidas de prevención y adaptarnos a las condiciones climáticas extremas que enfrentamos. La conciencia y la acción son clave para proteger nuestra salud y nuestro medio ambiente. Juntos, podemos enfrentar la cuarta ola de calor y cualquier desafío que el clima nos presente.