El brutal feminicidio de la joven Norma Patricia Ayala Cano, que tuvo lugar el 11 de junio en el barrio San Ignacio de Iztapalapa, México, ha conmocionado a toda la comunidad, subrayando la urgente necesidad de justicia y rendición de cuentas. La vida de Norma quedó trágicamente truncada en las primeras horas de la mañana cuando su atacante le disparó despiadadamente al menos dos veces en la cabeza.

Las autoridades policiales han detenido a Marco Antonio “N”, quien se sospecha que ayudó a escapar al perpetrador. Las investigaciones preliminares sugieren que ambos individuos fueron contratados para cometer este acto atroz. La situación se complicó aún más con el descubrimiento de más de 120 bolsas de plástico que contenían drogas, entre ellas marihuana y metanfetamina, en el auto de Marco Antonio.

¿Fue un cirujano plástico el culpable de su muerte?

Las raíces de este trágico acontecimiento se remontan a varios meses atrás. El 12 de enero de 2023, Norma expresó públicamente sus temores por su seguridad, nombrando específicamente al Dr. José Humberto Cuéllar Ferrara, cirujano al que acusó de mala praxis. Norma tenía un caso legal en curso contra el Dr. Cuéllar Ferrara, alegando negligencia durante un procedimiento estético que realizó.

En una conmovedora publicación en las redes sociales, Norma reveló sus angustias: “Tengo miedo e intranquilidad de que atenten con mi vida, hago responsable al Dr. José Humberto Cuéllar Ferrara de todo lo posible que pueda afectar mi integridad física y mental”. A pesar de estas graves acusaciones, el Dr. Cuéllar Ferrara continuó ejerciendo la medicina hasta el día del asesinato de Norma. Esto ha planteado importantes interrogantes sobre la responsabilidad y la ética profesional dentro del campo médico.

Publicación en Facebook de Norma Patricia
Dr. Cuéllar Ferrara cirujano de la clínica BD Sculpt Surgery / Foto: Redes Sociales

A medida que avanza la investigación, la atención sigue centrada en garantizar justicia para Norma y examinar el modo de operar de la clínica BD Sculpt Surgery, incluidas las prácticas del Dr. Cuéllar Ferrara. Este trágico incidente sirve como un crudo recordatorio de los peligros que enfrentan las personas que luchan por la rendición de cuentas y la transparencia en México.