El Presidente ruso Vladimir Putin ha dado un paso decisivo para reafirmar su autoridad tras el intento de rebelión de un contratista militar privado, el Grupo Wagner, que se había negado a acatar órdenes en junio. El sábado, el dirigente ruso firmó un decreto por el que se exige a todas las personas que participen en actividades militares o presten asistencia militar en Ucrania que presten juramento de lealtad al Estado ruso. El juramento incluye la promesa de acatar las órdenes de los mandos militares.
El decreto es consecuencia del accidente aéreo en el que murió el líder del Grupo Wagner, Yevgeny Prigozhin, que se había resistido al control militar. El accidente llevó a la subunidad Rusich del grupo a suspender sus operaciones y a uno de sus fundadores, Yan Petrovsky, a ser detenido en Finlandia por infracciones relacionadas con los visados y se enfrenta a una petición de extradición a Ucrania.
Esta medida es la última de una serie de acciones emprendidas por Putin para asegurar sus operaciones militares en el extranjero y su incómodo control sobre los mercenarios. Natia Seskuria, del Royal United Services Institute, declaró a la BBC que “Putin quiere tener un control más estricto sobre Wagner para asegurarse de que no se enfrentará a otra crisis en el futuro”.
Dado que el decreto está en vigor, Putin puede ahora validar y rastrear a quienes están dispuestos a tomar las armas para el Kremlin. Queda por ver si tiene o no la intención de mantener en vigor el juramento de lealtad al Estado, pero está claro que esta medida ha sido diseñada para recordar al Grupo Wagner quién está al mando.
Con información de BBC