Trump firma un decreto de reforma policial tildado de insuficiente por la oposición

Los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley aplauden después de que el presidente Donald Trump firmase una orden ejecutiva sobre la reforma policial, en el Rose Garden de la Casa Blanca, el martes 16 de junio de 2020, en Washington.
Los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley aplauden después de que el presidente Donald Trump firmase una orden ejecutiva sobre la reforma policial, en el Rose Garden de la Casa Blanca, el martes 16 de junio de 2020, en Washington. © Evan Vucci / AP

FRANCE 24

El presidente estadounidense firmó una reforma policial que trata de incentivar las “buenas prácticas” policiales y prohíbe los estrangulamientos “salvo en casos de vida o muerte”, algo que se muestra insuficiente para las peticiones de los demócratas y los manifestantes de las protestas antirracistas que rodean al país desde hace semanas tras la muerte de George Floyd.

Donald Trump firmó un decreto que busca la reforma de los hábitos policiales y que prohibirá el estrangulamiento como método de reducción “salvo en casos de vida o muerte”. Esta reforma es la respuesta del presidente estadounidense a semanas de protestas, pero desde la misma firma ya ha sido tildada de insuficiente por numerosos colectivos y el Partido Demócrata.

El objetivo principal es que los departamentos policiales mejoren su entrenamiento y las prácticas policiales de reducción de detenidos para evitar casos como el de George Floyd. Pero la cuestión es que no se obliga a los departamentos a aplicar mejores prácticas, solamente se incentiva a que las apliquen.

Los departamentos de policía que quieran recibir fondos federales deberán pasar por un proceso de certificación en el que se comprometerán, entre otras cosas, a “prohibir” la práctica de agarrar del cuello para dificultar la respiración a los detenidos “excepto si la vida de un agente está en riesgo”.

Las protestas raciales contra el abuso policial en Estados Unidos comenzaron después del fallecimiento durante custodia policial de George Floyd el pasado 25 de mayo en la ciudad de Minneapolis. Floyd fue detenido y, durante su custodia, un agente del cuerpo policial de la ciudad estranguló a este ciudadano afroamericano al presionar su cuello durante nueve minutos con la rodilla.

Los manifestantes sostienen carteles en el puente de Brooklyn durante una protesta contra la brutalidad policial y la desigualdad racial tras la muerte en custodia policial de George Floyd en Minneapolis. En Nueva York, Estados Unidos, 13 de junio de 2020.
Los manifestantes sostienen carteles en el puente de Brooklyn durante una protesta contra la brutalidad policial y la desigualdad racial tras la muerte en custodia policial de George Floyd en Minneapolis. En Nueva York, Estados Unidos, 13 de junio de 2020. © Caitlin Ochs / Reuters

Desde entonces las protestas contra la brutalidad policial y el racismo han sacudido todo Estados Unidos y hasta se han expandido a numerosas ciudades de todo el mundo. Muchos de estos manifestantes pidieron reformas profundas de los cuerpos policiales estadounidenses e incluso su disolución. De ahí su insatisfacción ante la reforma superficial presentada por el presidente republicano.

A esta prohibición de las estrangulaciones, algo que no supone un gran cambio porque ya estaban prohibidas en numerosos departamentos policiales locales del país, se suma la creación de una base de datos que registra la violencia y los abusos que hayan podido cometer los agentes para impedir que, tras un despido, sean admitidos en otro cuerpo policial del país.

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Donald Trump recibió a varias familias de asesinados por la brutalidad policial en Estados Unidos y se compadeció por lo sucedido. El presidente aseguró que se había “comprometido” con esas familias a trabajar para evitar que estos casos sigan repitiéndose.

Sin embargo, el magnate siguió defendiendo la actuación del aparato policial y aseguró que los casos de brutalidad y excesos son un porcentaje “enano” con respecto al total de agentes sobre el terreno. Las protestas continuas desde hace semanas han obligado a la bancada republicana a reaccionar, si bien, en el pasado el mismo presidente ha sido partidario de endurecer el aparato policial.

El presidente Donald Trump habla durante un evento sobre la reforma policial, en el Rose Garden de la Casa Blanca, el martes 16 de junio de 2020, en Washington.
El presidente Donald Trump habla durante un evento sobre la reforma policial, en el Rose Garden de la Casa Blanca, el martes 16 de junio de 2020, en Washington. © Evan Vucci / AP

Donald Trump se ha mostrado radicalmente en contra de muchas de las protestas que se han celebrado en el país además de negar el componente racial que pueden tener los casos de brutalidad policial registrados en Estados Unidos. El presidente ha defendido la actuación, incluso militar, contra los disturbios protagonizados en varias ciudades a principios de junio bajo el lema de “ley y orden”.

El líder republicano ha atribuido estas manifestaciones a grupos radicales y hasta se vio obligado a desplegar a la Guardia Nacional para mantener el control en algunas ciudades del país, incluyendo la capital, Washington D. C.

Estas protestas reclamaban la disolución o refundación de los departamentos policiales, algo a lo que se han opuesto tácitamente desde el Partido Republicano que solamente busca poder quitar algunas de las protecciones laborales de las que goza el colectivo policial.

Trump enmarcó su plan como una alternativa al movimiento de “desmantelar la policía” que surgió de las protestas y que calificó de “radical y peligroso”. “Los estadounidenses saben la verdad: sin policía hay caos. Sin ley hay anarquía y sin seguridad hay catástrofe”, dijo.

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La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, se mostró crítica con lo firmado y aseguró que “está muy por debajo de lo que se requiere para combatir la epidemia de injusticia racial y la brutalidad policial que está asesinando a cientos de afroamericanos”.

Donald Trump encara estas manifestaciones raciales a falta de menos de cinco meses para las elecciones presidenciales previstas para el 3 de noviembre, en las que se enfrentará al candidato demócrata Joe Biden, un político que mostrado tener un gran apoyo entre la población afroamericana.