A 60 días de dejar la Casa Blanca, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, intensificó su agenda con el fin de preservar su legado antes de que el mandatario electo, Donald Trump, asuma el cargo el próximo 20 de enero.
Refuerzo para Ucrania
Según informes, Biden instruyó a su equipo para que, antes de que Trump llegue a la Casa Blanca, se envíen a Ucrania todos los fondos de asistencia militar aprobados por el Congreso en los últimos meses y aún no entregados, equivalentes a unos 9.000 millones de dólares.
Además, recientemente autorizó a Ucrania a utilizar los misiles ATACMS, con un alcance de 300 kilómetros, contra objetivos dentro de Rusia. Esta decisión responde a una petición que Kiev llevaba meses realizando y a la que Washington se había resistido por temor a una escalada en el conflicto.
Cabe destacar que el objetivo de estas medidas es fortalecer la posición de Ucrania ante una eventual negociación con Rusia. Pues Trump prometió poner fin a la guerra en Ucrania en solo 24 horas, aunque no ha proporcionado detalles de cómo planea lograrlo. Por su parte, Ucrania teme que su solución implique aceptar la anexión a Rusia de los territorios ucranianos ocupados, algo que el presidente Volodímir Zelenski rechaza categóricamente.
Esfuerzos por un alto al fuego en Gaza
En cuanto a la situación en Oriente Medio, Biden manifestó públicamente su deseo de utilizar el tiempo que le queda en el cargo para desbloquear las negociaciones entre Hamás e Israel, con la finalidad de conseguir un alto al fuego en la Franja de Gaza y lograr la liberación de los rehenes israelíes. Para ello, Estados Unidos mantiene intensos intercambios diplomáticos con Egipto y Catar, principales mediadores en el conflicto, y la semana pasada, Biden se reunió en la Casa Blanca con el presidente israelí, Isaac Herzog.
No obstante, se enfrenta a la resistencia del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, quien ha mantenido una relación muy cercana con Trump durante el primer mandato del republicano (2017-2021) y ya conversó con él varias veces por teléfono. En este contexto, las gestiones de Biden podrían encontrar obstáculos significativos.
Impulso final en la agenda climática
Asimismo, Biden desea consolidar su legado en materia de cambio climático antes de dejar el cargo. “La historia nos está observando”, declaró esta semana durante la cumbre del G20 en Brasil. En concreto, su equipo trabaja para finalizar una normativa denominada “crédito fiscal para combustibles limpios”, que otorgaría incentivos fiscales a empresas que fabrican combustibles con bajas emisiones para la aviación y otros medios de transporte.
De igual manera, la Administración de Biden planea publicar un estudio sobre el impacto medioambiental y económico del gas natural licuado. A principios de año, el mandatario ordenó pausar la aprobación de nuevas exportaciones de gas natural licuado y solicitó la realización de dicho estudio.
Cancelación de deuda estudiantil y nombramientos judiciales
En el ámbito educativo, otra prioridad es finalizar una normativa para cancelar préstamos estudiantiles a personas con dificultades económicas. Aunque esta es una de las pocas iniciativas sobre deuda estudiantil que no han sido bloqueadas por los tribunales, el Departamento de Educación dispone de un margen limitado para concluir e implementar la normativa, un proceso que normalmente tomaría meses pero que ahora debe completarse en semanas.
Por último, la Casa Blanca acelera sus esfuerzos para confirmar el mayor número posible de jueces antes de que el Senado, actualmente controlado por los demócratas, pase a manos republicanas el 3 de enero. Sin embargo, Trump instó a los republicanos a bloquear estos esfuerzos, afirmando: “No deberían aprobarse jueces durante este período”, en un mensaje publicado en la red social X el 10 de noviembre.