Un informe recientemente publicado por el Departamento de Estado de los Estados Unidos ha encendido las alarmas en ambos lados de la frontera. La agencia norteamericana advirtió que los principales grupos del narcotráfico en México, particularmente el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), han comenzado a experimentar con nuevas sustancias psicoactivas, incluyendo pruebas realizadas en humanos y animales.

Este hallazgo, calificado por expertos como “sumamente preocupante”, representa una nueva etapa en la evolución del crimen organizado en la región, donde los cárteles no solo se limitan al tráfico tradicional de drogas, sino que ahora están incursionando en procesos de laboratorio con objetivos aún inciertos, pero peligrosos.

“Estamos viendo una transformación del narcotráfico tradicional hacia una estructura más sofisticada, con implicaciones tanto sanitarias como de seguridad pública”, señaló una fuente del Departamento de Estado bajo condición de anonimato, citada en el informe de marzo de 2025.

Amenaza Transnacional

El informe subraya que estas nuevas drogas, aún no clasificadas oficialmente, están comenzando a circular en Estados Unidos y Canadá. Las sustancias tienen efectos neurológicos aún desconocidos y su consumo podría provocar crisis de salud pública en el corto plazo. A esto se suma la preocupación por los métodos de prueba utilizados: presuntas prácticas no éticas en comunidades vulnerables de México y en animales, según fuentes extraoficiales.

“Estas acciones reflejan una completa falta de control por parte del Estado mexicano en ciertas regiones, donde los cárteles operan con impunidad casi absoluta”, advierte el documento.

Presión Internacional y Derechos Humanos

La revelación llega en un contexto delicado para México, cada vez más presionado por organismos internacionales en temas de derechos humanos. Diversas ONG han solicitado una respuesta inmediata y coordinada entre los gobiernos de México, Estados Unidos y Canadá para frenar la proliferación de estas nuevas sustancias y proteger a las poblaciones afectadas.

“El uso de seres humanos para experimentar drogas es una violación flagrante del derecho internacional. Es urgente una intervención humanitaria en las zonas más afectadas”, indicó en rueda de prensa la directora regional de Human Rights Watch para América Latina, Carla Mendoza.

Redes Sociales y Opinión Pública

La indignación también se ha hecho sentir en redes sociales, donde usuarios han comenzado a difundir testimonios y denuncias sobre actividades ilegales en laboratorios clandestinos al norte de México. En plataformas como X (antes Twitter), el hashtag #Narcolaboratorios ha cobrado fuerza en las últimas 48 horas, acompañando publicaciones que exigen justicia y transparencia.

Una Respuesta Pendiente

Mientras la comunidad internacional observa con atención, el gobierno mexicano aún no ha emitido una declaración oficial respecto al informe del Departamento de Estado. La falta de una postura clara ha sido criticada por especialistas en seguridad y académicos, quienes temen que la omisión contribuya a una escalada en la violencia y al avance de estas prácticas criminales.

“México se encuentra en una encrucijada. O enfrenta de manera frontal esta amenaza, o se arriesga a perder aún más control sobre su territorio y su soberanía sanitaria”, advierte el analista en seguridad nacional, Luis Alberto Ayala, en entrevista con La Voz Global.

Un Llamado Urgente a la Acción

A medida que se conocen más detalles sobre estas experimentaciones, la exigencia por una estrategia binacional más firme y transparente crece. Organismos civiles, expertos en salud pública y autoridades estadounidenses han coincidido en que sin cooperación internacional efectiva, la amenaza de estas nuevas drogas podría tener consecuencias devastadoras para toda América del Norte.

El reloj avanza, y la expectativa gira en torno a qué acciones tomará el gobierno mexicano ante una crisis que ya no puede ignorarse.