El fentanilo se ha convertido en la droga de moda en los Estados Unidos, situación que han sabido aprovechar muy bien los cárteles mexicanos como el de Sinaloa (CDS) y el de Jalisco Nueva Generación (CJNG), los cuales obtienen ganancias millonarias por el trasiego, y cada vez más, por la fabricación del opioide.
La Agencia Antinarcóticos de Estados Unidos (DEA), señala que en 2017 murieron 28,466 personas por sobredosis de opioides, un promedio de más de 70 al día. Se calcula que el 50% podrían ser por ingerir fentanilo.La alta demanda del opioide en los Estados Unidos, ha sido aprovechado por los cárteles mexicanos, los cuales producen y envían diariamente miles de kilos de la droga a suelo americano.
Hace apenas cuatro años, los productores y distribuidores que trabajan comprando y enviando droga en Sinaloa no sabían qué era el fentanilo. Desde entonces, la producción de esta droga sintética ha acaparado el mercado y se ha convertido en el producto más popular entre quienes cosechan, fabrican drogas y la venden a otros distribuidores en territorio estadounidense.En diciembre de 2019, un informe sobre la Amenaza Nacional de las Drogas desclasificado por la DEA, reveló que “el fentanilo disponible en los Estados Unidos es principalmente de origen chino o mexicano” y que ingresa al país a través de la frontera Estados Unidos-México. El informe asegura que “mezclar fentanilo con otras drogas ilícitas no es representativo de una estrategia general de los carteles mexicanos”.
René Amarillas, supervisor de la DEA dijo que comenzaron a detectar el problema en 2014, cuando algunos adictos a medicamentos para el dolor en Estados Unidos, como la oxicodona, comenzaron a consumir fentanilo en píldoras que se veían como las de los medicamentos de prescripción médica.
En apenas dos años, las agencias del gobierno estadounidense comenzaron a registrar que la sobredosis de fentanilo se esparcía en el país, al punto de que las unidades de primeros auxilios y las policías de ciudades como San Diego, y Española, en Nuevo México, han tenido que incluir kits con naloxona, un antídoto al fentanilo, para salvar de inmediato a los adictos y que no mueran en su tránsito al hospital.
En Sinaloa, ya entrado el 2019, el cartel se dio cuenta de que el envío de fentanilo en altas dosis camufladas en pastillas, estaba provocando la muerte de su propia clientela, según varios productores y distribuidores.