By Natalia Rueda 
El asesinato del coronel retirado de la policía y director de la prisión La Modelo en Bogotá, Élmer Fernández, ha vuelto a poner en evidencia los serios problemas que afectan al sistema penitenciario colombiano. Este trágico suceso, ocurrido a plena luz del día, ha llamado la atención sobre el peligroso y caótico estado de las cárceles del país.
Fernández, un hombre de 57 años, fue abatido a tiros mientras se dirigía a su hogar en Bogotá el pasado jueves. Las impactantes imágenes compartidas en internet muestran un vehículo sin blindaje con una bala a través de una de sus ventanas, presuntamente disparada por sicarios en motocicleta.
La noticia de su asesinato llega en medio de una creciente preocupación por la violencia y amenazas dirigidas hacia el personal del sistema penitenciario. Hace sólo unas semanas, el Ministerio de Justicia del país declaró una emergencia debido a una serie de ataques y homicidios contra funcionarios del Inpec (Instituto Nacional Penitenciario).
Fernández había recibido varias amenazas por sus esfuerzos para reformar y controlar la prisión, incluyendo rigurosos registros y allanamientos de las celdas de los reclusos. Su enfoque estricto y decidido en la gestión penitenciaria lo había hecho conocido en la institución, pero también lo había convertido en un blanco de los delincuentes.
Este devastador incidente es un claro recordatorio de los peligros que enfrentan quienes trabajan dentro del sistema penitenciario colombiano. El director del Inpec, Daniel Gutiérrez, afirmó que la institución no puede garantizar la seguridad de su personal, con más de 550 amenazas reportadas sólo en los últimos dos años.