Medellín, Colombia — Una ciudad que alguna vez fue admirada por su vibrante cultura se encuentra cada vez más en el centro de un creciente escándalo: la explotación de mujeres y menores por parte de turistas extranjeros que buscan una forma más oscura de ocio. Con el auge del turismo sexual, los icónicos barrios de El Poblado y Provenza, conocidos por su vida nocturna se han convertido en epicentros de un fenómeno preocupante.
Un video que esta circulando en redes sociales mostró a un extranjero rodeado de dos mujeres bailando reggaetón en lo que parecía ser el after de una fiesta a las 6:30 de la mañana. El video generó revuelo no solo por lo explícito de las imágenes, sino por las graves implicaciones que podría tener. Aunque en el video no es claro si las mujeres eran menores de edad, la situación alimentó una creciente preocupación: la de ver cómo los extranjeros están llegando cada vez más a Medellín con el único propósito de explotar sexualmente a mujeres, muchas veces vulnerables.
Malparidos gringos triple hijueputas que vienen a hacer lo que les dé la gana a Medellín.
— Маría Camila. (@camicardonam) December 17, 2024
Video tomado hoy al frente de mi casa a las 6:30 de la mañana. 🤠 pic.twitter.com/ItsVCZQbu6
El Poblado, uno de los barrios más conocidos y turísticos de la ciudad, ha sido señalado como un centro donde la prostitución y el tráfico de personas se han vuelto cada vez más visibles. Según informes de la Policía Metropolitana, en 2024 ya se habían detenido a 26 extranjeros por delitos relacionados con la explotación sexual. Este incremento de casos está provocando que muchos cuestionen hasta qué punto las autoridades lo están permitiendo o si se están haciendo la vista gorda ante la situación.
El tema de la prostitución en Colombia es complejo, y aunque en ciertas circunstancias es legal, sigue siendo un tema polémico, especialmente cuando involucra la explotación de personas vulnerables, como las menores. En Medellín, la frontera entre lo que es un trabajo sexual consensuado y lo que es explotación sexual se ha vuelto difusa, sobre todo en zonas como El Poblado y Provenza, donde la demanda de tales servicios es alta y fácilmente satisfecha.
Para muchos en Colombia, la normalización de este tipo de turismo es un tema muy preocupante. Aunque Colombia ha tenido una reputación de ser un destino para el turismo sexual desde hace años, hoy en día el problema ha llegado a un punto crítico, donde las autoridades parecen más dispuestas a preservar los beneficios económicos que el turismo aporta, que en abordar las graves consecuencias sociales y morales que conlleva. Están ignorando la explotación de las mujeres, porque es demasiado rentable para enfrentarla.
Realmente esto tiene que parar ya, como es posible que las autoridades estén ignorando semejantes actos solo porque los depravados tiene la plata para hacer lo que se les de la gana en el país.