By Edith Loyola 
El pasado fin de semana, lo que prometía ser una celebración musical diversa y vibrante en el Parque Bicentenario terminó por convertirse en una escena de luto y reclamo. Dos jóvenes periodistas y fotógrafos, Berenice Giles Rivera y Miguel Ángel Rojas, perdieron la vida tras el colapso de una estructura metálica en el primer día del AXE Ceremonia 2025, el sábado 5 de abril.
La caída de la grúa ocurrió alrededor de las 5 de la tarde, sin embargo, la confirmación oficial del fallecimiento llegó hasta cerca de las 10 de la noche a través de redes sociales, y de forma más formal, no fue comunicada por la organización del festival sino hasta las 10 de la mañana del domingo. En ese mismo mensaje, se anunció la cancelación del segundo día de actividades, aunque el evento del sábado continuó hasta las 2 de la madrugada, lo que desató una ola de críticas y cuestionamientos por parte del público, la prensa y los familiares de las víctimas.
“El show no debió continuar”, expresaron colegas del gremio durante una protesta frente al recinto.
Contradicciones y omisiones: el silencio institucional
A lo largo de las horas posteriores al incidente, las inconsistencias entre las versiones oficiales se multiplicaron. Según los voceros del festival, las víctimas fueron trasladadas con vida al hospital. No obstante, IMSS Bienestar desmintió esa versión, confirmando que ambos llegaron sin signos vitales.
De igual manera, testimonios en redes sociales de periodistas presentes aseguran que las víctimas fallecieron en el lugar de los hechos, y que cuando intentaron acercarse para documentar lo ocurrido, fueron agredidos por personal del festival para impedir que filmaran.
“Murieron dentro del recinto, a causa del impacto de la estructura irregular”, denunciaron familiares en la protesta dominical.
Estas declaraciones aumentaron la indignación, no solo por la falta de transparencia, sino también por la ausencia de protocolos claros de comunicación y seguridad por parte de los organizadores.
¿Comunicado generado por inteligencia artificial?
A la crisis de confianza se sumó otra controversia: el comunicado oficial difundido por el festival fue analizado por diversas herramientas y, de acuerdo con el canal Nuevo León en la Mira, obtuvo 100% de probabilidad de haber sido generado con inteligencia artificial como ChatGPT.
“Este hallazgo provocó un nuevo episodio de indignación en redes sociales”, señala el canal, que exhibió capturas de pantalla de los verificadores.
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Por otra parte, el mismo texto sugiere que el festival continuará celebrándose en años posteriores, lo que fue ampliamente rechazado por usuarios de redes y medios de comunicación, considerándolo una falta de respeto a las víctimas.
AXE Ceremonia 2025: dos muertes que exhiben el abandono sistemático al periodismo mexicano
Cabe mencionar que tanto Berenice como Miguel eran colaboradores del medio independiente Mr. Indie. Jóvenes de entre 26 y 28 años, no contaban con contrato formal ni seguro médico, condiciones que lamentablemente son comunes entre fotoperiodistas y periodistas culturales en México.
El periodismo en México está en una crisis estructural. No solo es la violencia, las amenazas o la censura: también es el abandono laboral, la falta de contratos, de prestaciones, de respaldo. La muerte de Berenice y Miguel puso sobre la mesa lo que miles viven todos los días: trabajar por salarios bajos (o nulos), pagar sus propios gastos de cobertura, cubrir eventos sin acreditaciones claras ni protocolos de seguridad.
“Como ocurre con muchos en el gremio, asistieron sin contrato formal y sin seguro, e incluso se menciona que no percibían algún salario”.
En muchas ocasiones, periodistas y fotógrafos cubren eventos pagando de su bolsillo pasajes, entradas, alimentación y cargando con el equipo necesario para documentar una realidad que muchas veces los ignora, incluso cuando su trabajo es esencial para dar visibilidad a estos mismos espacios culturales o de entretenimiento.
Por lo que este, no se trata de un caso aislado. Se trata de una forma de operar extendida, normalizada, invisibilizada.
Además, lo ocurrido se presenta en un contexto nacional en el que los casos de asesinatos, desapariciones y agresiones contra periodistas generan preocupación por la falta de justicia y sanciones ejemplares.
México es catalogado por organizaciones como Reporteros Sin Fronteras y el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ) como uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo, incluso por encima de zonas de guerra. Y aún así, la protección institucional continúa ausente.