En medio de su campaña por la reelección, el expresidente estadounidense Donald Trump ha vuelto a poner sobre la mesa el tema de los aranceles a las importaciones mexicanas, lo que podría suponer un duro golpe para la integración y el comercio entre Estados Unidos y México. Trump ha reafirmado su postura de imponer aranceles de hasta el 200% a los vehículos importados de México.

En Wisconsin, durante un mitin de campaña, Trump se aseguró de ampliar su posición sobre las importaciones de automóviles, exponiendo que dichas importaciones no se permitirán en Estados Unidos. Estos pronunciamientos intensifican profundamente la retórica proteccionista con respecto al comercio de automóviles en virtud del Tratado entre Estados Unidos, México y Canadá (T-MEC).

Ya en septiembre, Trump había anunciado que establecería un impuesto del 100% a todos los vehículos que ingresen al país a través de las fronteras mexicanas. Esto afectaría significativamente el mercado automotriz, México es el principal proveedor de vehículos para el mercado estadounidense, exportando más de 3 millones de autos en 2023. Este impuesto también tendría un impacto negativo en el empleo y se espera que aumenten los precios de los autos para los consumidores.

Esta postura del expresidente también está generando incertidumbre en torno a los planes de Tesla para construir una fábrica de vehículos eléctricos en Nuevo León. La resolución de las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos también hace que sea difícil prever el futuro de las relaciones comerciales entre ambos países y la implementación del T-MEC. Sin duda, estas tensiones comerciales están afectando la estabilidad económica y poniendo en riesgo futuras inversiones en la región.