El martes, los clientes del Bank of Ireland (BoI) se encontraron con un problema frustrantemente familiar en los cajeros automáticos de todo el país. El fallo técnico permitió a los clientes retirar hasta 1.000 euros (1.090 dólares) sin tener los fondos necesarios en sus cuentas.
El fallo provocó largas colas mientras los clientes competían por aprovechar la anómala situación. Las imágenes y vídeos del incidente se difundieron rápidamente en las redes sociales, lo que provocó reacciones negativas tanto de clientes preocupados como de la policía irlandesa.
Desde entonces, el banco ha advertido a sus clientes de que todo el dinero transferido y retirado como consecuencia del fallo incluso por encima de los límites habituales se deducirá de sus cuentas.
“Pedimos sinceras disculpas por las molestias causadas por este fallo; sabemos que no ha estado a la altura de lo que nuestros clientes esperan de nosotros”, dijo el banco en las redes sociales el miércoles, añadiendo que los servicios se habían reanudado desde entonces. Se anima a quienes se hayan visto afectados por un “descubierto bancario” debido al fallo a que se pongan en contacto con sus gestores bancarios para rectificar su situación.
Aún se desconoce la causa exacta del fallo técnico, pero el BdI ha abierto una investigación al respecto. Ahora se están revisando los reglamentos y las normas de seguridad para evitar que se produzcan situaciones similares en el futuro.
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