La reciente reelección de Rosario Piedra Ibarra como presidenta de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) generó, en consideración del Dr. Rodolfo Ondarza Rovira, serias dudas sobre la transparencia y la imparcialidad en el proceso de selección llevado a cabo por el Senado de la República. Dicho órgano autónomo, cuyo propósito es proteger los derechos fundamentales de los mexicanos, enfrenta ahora cuestionamientos acerca de su autonomía y su independencia de posibles influencias políticas.

El Dr. Ondarza, neurocirujano, activista de derechos humanos y ex candidato a la presidencia de la CNDH, ha hecho públicas sus preocupaciones ante la falta de claridad en la evaluación de los candidatos. Él sugiere que los votos de los senadores pudieron estar condicionados por alineamientos partidistas.

“Es una falacia el listado ‘público’ de calificación de candidatos. ¿Qué tanto contó el criterio político?”, se pregunta Ondarza, subrayando que el proceso de selección parece haber estado marcado por intereses políticos y no por un análisis justo y fundamentado de cada aspirante.

Cuestionamientos a la evaluación: Un proceso inexplicablemente opaco

En cuanto al proceso de selección del titular de la CNDH, el Senado se comprometió a calificar a los 47 aspirantes con base en 22 indicadores. No obstante, la información pública sobre la aplicación de estos indicadores y las calificaciones de cada candidato es escasa y confusa. La lista final de 15 candidatos, en la cual algunos apenas recibieron un voto, ha sido objeto de críticas y sugiere la ausencia de una explicación clara sobre el método de selección empleado.

Al respecto, el Dr. Ondarza cuestiona: “¿Eso quiere decir que 32 candidatas y candidatos determinados por el Senado no obtuvieron un solo voto? ¡Eso sería ridículo y ofensivo!”. Con estas palabras, el doctor enfatiza que esta falta de claridad permite dudar de si el voto de los senadores respondió a una evaluación objetiva o a cálculos políticos.

La CNDH y el conflicto de intereses en el Senado

Considerando el delicado papel de la CNDH en la protección de los derechos humanos en México, su elección debió estar completamente desvinculada de influencias políticas. Sin embargo, el hecho de que los senadores hayan votado en función de sus alianzas partidistas debilita la credibilidad del proceso y pone en duda la verdadera independencia de la CNDH.

“El que senadores agrupados en sus respectivos partidos políticos y coaliciones voten por quien dirija la presidencia de la CNDH, que por naturaleza es anti sistémica, nos lleva a un conflicto de intereses”, afirmó Ondarza. Esta declaración refleja la preocupación de que la CNDH pueda perder su autonomía y quedar subordinada a los intereses políticos de turno, lo que comprometería gravemente su capacidad para defender los derechos humanos de manera imparcial.

La salud en México: Un derecho humano en riesgo

Asimismo, el Dr. Ondarza destaca la importancia de que el titular de la CNDH esté profundamente comprometido con la defensa de los derechos de los sectores más vulnerables. 

Según él, uno de los derechos más vulnerados en México es el de acceso a la salud, ya que se generaron en más de 7,000 quejas solo en el año 2023. Esta crisis sanitaria subraya la necesidad de un liderazgo comprometido que tome acción concreta y pronta frente a estas problemáticas.

“El derecho humano a la salud es uno de los más frecuentemente violados en México, y debe ser prioridad que la CNDH cuente con liderazgo comprometido y capaz de garantizar la defensa de estos derechos básicos para la ciudadanía”, resalta Ondarza, quien, además de su experiencia médica, ha trabajado durante décadas defendiendo a víctimas de negligencia y violaciones al derecho a la salud en México.

Propuestas para fortalecer la selección de la CNDH

Frente a la opacidad y los conflictos de intereses evidenciados en el proceso de selección, el Dr. Ondarza propone reformas importantes para garantizar que futuros procesos de elección del titular de la CNDH sean realmente democráticos. Entre sus propuestas, destaca la necesidad de hacer públicas las calificaciones de cada candidato emitidas por los senadores, así como la metodología empleada para evaluar a los aspirantes.

“Sería justo que emitieran una explicación, para que no hablemos de apariencias, sino de evidencias que no lesionen los Derechos Humanos”, enfatiza el Dr. Ondarza, insistiendo en que la transparencia y la rendición de cuentas deben ser pilares del proceso.

Para asegurar la ética de quienes ocupan este cargo, también sugiere implementar pruebas de confiabilidad, como evaluaciones psicométricas y antidopaje, a fin de garantizar que los candidatos tengan la integridad necesaria para desempeñar el cargo con profesionalismo.

En busca de un liderazgo independiente y ético para la CNDH

En un país que enfrenta altos índices de violaciones a los derechos humanos y un contexto de violencia permanente, resulta fundamental que la CNDH sea dirigida por una figura autónoma y comprometida con la justicia. Para el Dr. Ondarza, esto implica que el organismo cuente con un liderazgo ético, libre de condicionamientos políticos y que pueda velar por los intereses de toda la ciudadanía.

“La selección y elección debería estar en manos de un cuerpo colegiado de organismos estrechamente relacionados con los Derechos Humanos”, concluye Ondarza. Con esta propuesta, el doctor promueve una visión de la CNDH que retome su papel como institución imparcial, libre de intereses partidistas y representante fiel de la sociedad mexicana en la defensa de sus derechos fundamentales.