Crisis de secuestros en Casanare: La desaparición de un topógrafo pone en evidencia un problema que va más allá de los ganaderos

La violencia en la región colombiana del Casanare sigue reflejando las heridas profundas del conflicto en la sociedad colombiana. La desaparición de Carlos Andrés Bello un topógrafo, procedente de una familia humilde, ha sacudido a la comunidad, poniendo en evidencia la crisis de secuestros y desapariciones. Mientras se han difundido en distintos medios de comunicación casos de secuestro de ganaderos, este suceso recuerda que toda vida y cada desaparición deben alarmarnos y movilizarnos.

Fotografias del Topógrafo Poreño Carlos Andrés Bello

La desaparición de un topógrafo: vulnerabilidad laboral

Según informa Prensa Libre Casanare, el profesional Carlos Andrés Bello, comprometido con su oficio y con un futuro por construir, se ha visto atrapado en una red de violencia que ha dejado en evidencia la debilidad de las garantías de seguridad para los ciudadanos. El hecho esta vinculado con los llamados “falsos servicios”, una modalidad de extorsión que se vale de las expectativas laborales y la inestabilidad de muchos empleos para sacar provecho monetario de ello.

Con la presencia de grupos armados en la región y algunos de delincuencia común, la tendencia de secuestro y desapariciones ha incrementado, afectando tanto a trabajadores del sector agrícola y ganadero como a otros miembros de la comunidad. La situación del topógrafo, que llega desde el anonimato y la lucha diaria por superarse, es un reflejo de un conflicto que afecta a toda la sociedad, sin distinción de clase o profesión.

Las autoridades también señalaron que las redes sociales están jugando un papel trascendental en esta clase de delitos, pues en medio del rebusque diario de las personas no toman las debidas precauciones para encuentros que ellos creen van a ser meramente laborales. Mientras tanto la Gobernación de Casanare ofrece $15 millones por información del topógrafo del Municipio de Pore, que habría desaparecido en zona rural de Yopal hace dos semanas.


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Secuestros a ganaderos y la crisis en Arauca

Si bien es cierto que recientemente se ha difundido el caso del secuestro masivo en el Casanare, en el que al menos cinco ganaderos fueron tomados por grupos armados, es vital ampliar la mirada. Historias como la de estos ganaderos, reportadas por Agronegocios, han marcado titulares y llamado la atención sobre la vulnerabilidad del sector agropecuario en la región. Sin embargo, centrarse únicamente en este grupo reduce la magnitud del problema, pues el espectro de la violencia se extiende a otros actores sociales igualmente afectados.

En la región aledaña de Arauca, la situación es aún más alarmante. Con 51 secuestros registrados en lo que va del año, según El Colombiano, la crisis de seguridad trasciende fronteras y afecta de manera sistemática a comunidades que ya sufren múltiples formas de exclusión y vulnerabilidad en el territorio colombiano. Esta realidad compartida entre Casanare y Arauca pone en evidencia la necesidad de abordar la violencia de forma integral, sin segmentar a las víctimas en función de su profesión, condición social o económica.

Fotografía: Colprensa