Los economistas de Goldman Sachs Group Inc. modificaron sus perspectivas económicas para Estados Unidos, incrementando la probabilidad de una recesión y anticipando un recorte en las tasas de interés de la Reserva Federal (Fed). Esta revisión surge como respuesta directa al reciente anuncio de la administración Trump sobre la imposición de nuevos aranceles a nivel global.
Según un informe con fecha del 6 de abril, el equipo liderado por Jan Hatzius ajustó sus expectativas: la proyección de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para 2025 se redujo del 1% al 0.5%, mientras que la estimación de recesión aumentó del 35% al 45%.
Motivos detrás del ajuste
Dicho cambio se atribuye, entre otros factores, al endurecimiento de las condiciones financieras, los boicots por parte de consumidores extranjeros y la creciente incertidumbre política. Estas dinámicas están teniendo un efecto negativo en la economía, especialmente al frenar las inversiones de capital más de lo previsto inicialmente, lo que podría profundizar la desaceleración ya en curso.
Por otro lado, aunque el escenario base de Goldman Sachs contempla un aumento de 15 puntos porcentuales en la tasa arancelaria efectiva de Estados Unidos (suponiendo una disminución de los aranceles programados para el 9 de abril), también se contempla una alternativa menos favorable: si los aranceles se aplican según lo planeado, la tasa podría subir 20 puntos, intensificando el riesgo de recesión.
Proyecciones sobre política monetaria
En materia de política monetaria, los analistas de la firma adelantaron sus previsiones. Ahora esperan tres recortes consecutivos de 25 puntos básicos a partir de junio, lo que reduciría la tasa de fondos federales a un rango de 3.5-3.75%. Esta expectativa representa un adelanto con respecto al calendario anterior, que ubicaba el inicio de los recortes en julio.
Adicionalmente, en caso de confirmarse una recesión, Goldman Sachs considera plausible una disminución de hasta 200 puntos básicos en el curso de un año. Este reajuste refleja la mayor percepción de vulnerabilidad en la economía, lo que ya se tradujo en una creciente volatilidad en los mercados financieros.
De hecho, la reacción bursátil no se hizo esperar: en apenas dos días tras el anuncio arancelario, se borraron más de 5.4 billones de dólares en valor de mercado, evidenciando el nerviosismo del sector financiero.
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Controversia en torno a los aranceles
Las políticas comerciales impulsadas por Trump continúan generando debate. A pesar de sus promesas de reactivar la economía mediante una postura más dura frente al comercio exterior, las medidas proteccionistas despertaron escepticismo sobre sus beneficios a largo plazo.
Desde la Casa Blanca se sostiene que los aranceles son un mecanismo para corregir desequilibrios históricos. Sin embargo, distintos expertos expresan su desacuerdo. Jay Hatfield, director ejecutivo de Infrastructure Capital Advisors, describió las medidas como “inequívocamente estúpidas”, e incluso las calificó como un “gráfico de la muerte”, advirtiendo que podrían detonar una guerra comercial innecesaria y perjudicial.
Reacción de la Casa Blanca
Frente a este escenario, el presidente Trump muestra una actitud de aparente indiferencia. Pese a las consecuencias adversas en los mercados, mantiene un enfoque inflexible, guiado más por objetivos electorales que por la estabilidad macroeconómica.
Informes internos indican que Trump, en su segundo mandato, continúa centrado en cumplir con las promesas de su campaña. De acuerdo con una fuente anónima de la Casa Blanca, el mandatario “está en su pico de simplemente no importarle”, reflejando una postura despreocupada frente a los efectos colaterales de sus decisiones.
Riesgos persistentes
Al mismo tiempo, el Partido Republicano permanece dividido y sin una estrategia legislativa clara para hacer frente a la escalada arancelaria. Trump, hasta ahora, ha logrado esquivar presiones internas, incluso de asesores cercanos que respaldan sus líneas comerciales.
Esta ausencia de cohesión política podría traducirse en mayor incertidumbre, justo cuando la guerra comercial amenaza con extenderse y generar efectos más profundos. Aunque analistas como Bessent no anticipan una recesión inmediata, advierten que el impacto acumulativo de estas decisiones podría deteriorar la economía antes de las elecciones legislativas de 2026.