Elon Musk, director ejecutivo de SpaceX, se ha visto envuelto en una serie de controversias que han llevado a la decisión del gobierno de Estados Unidos de no otorgarle el nivel más alto de autorización de seguridad. Esta medida se produce en medio de una serie de escándalos y preocupaciones sobre el comportamiento público de Musk, sus conexiones con figuras políticas y el papel de sus empresas en contratos gubernamentales sensibles.
Musk, conocido por liderar SpaceX y Tesla, había recibido previamente una autorización de seguridad de alto secreto en 2022, después de un largo proceso de investigación que duró varios años. Esto ocurrió tras un episodio muy comentado en 2018, cuando Musk fumó marihuana en un podcast, algo que, aunque legal en algunos estados, sigue siendo ilegal a nivel federal. Este incidente complicó el proceso de autorización, ya que las personas que trabajan con el gobierno en áreas sensibles o clasificadas deben cumplir con estrictos requisitos.
A diferencia de la mayoría de los procesos de autorización, que generalmente demoran solo unos meses, el de Musk tomó mucho más tiempo. Las preocupaciones sobre su comportamiento público, sus declaraciones controvertidas y sus acciones pasadas llevaron a un mayor escrutinio. A pesar de sus importantes contribuciones a la industria de defensa (en particular, el trabajo de SpaceX en lanzamientos de satélites militares y su programa Starshield para agencias de seguridad nacional), su imagen pública ha desatado alarma en el gobierno.
Preocupaciones de seguridad nacional
Uno de los mayores problemas es la confianza que el gobierno tiene en Musk para manejar información altamente sensible. Aunque tiene autorización para acceder a datos clasificados de nivel alto, no tiene acceso a los programas más secretos en los que participa SpaceX, como los relacionados con satélites espías. Esto ha generado inquietud, especialmente porque SpaceX es clave para las misiones de seguridad nacional de Estados Unidos.
Para aumentar las preocupaciones, han surgido informes recientes que sugieren el uso de drogas ilegales, inlcluída la Ketamina por parte de Musk, un anestésico poderoso, lo que profundiza aún más las preocupaciones sobre su conducta personal y su capacidad para manejar información confidencial. Estas revelaciones han llevado a algunos a cuestionar si es completamente confiable en el manejo de los datos altamente clasificados asociados con sus contratos gubernamentales.
Lazos políticos y especulaciones
Los estrechos vínculos de Musk con el expresidente Donald Trump han añadido leña al fuego de una tormenta de especulaciones y teorías conspirativas, especialmente en torno a las afirmaciones sobre su participación en intentos de influir en las elecciones. Si bien no hay pruebas concretas que respalden estas afirmaciones, sus relaciones con figuras políticas de alto perfil lo han convertido en un blanco de críticas. Musk también ha utilizado su plataforma de redes sociales, X (anteriormente Twitter), para expresar opiniones políticas, a menudo apoyando causas conservadoras, lo que solo ha aumentado la controversia.
Con información de Wall Street Journal.