La próxima reunión entre el presidente colombiano, Gustavo Petro, y el presidente chino, Xi Jinping, ha desatado la polémica y suscitado inquietudes sobre el destino del proyecto del metro de Bogotá. Los fuertes lazos que unen a ambos países y el interés de Petro por involucrar a empresas chinas en el proyecto hacen que muchos cuestionen los motivos de la reunión.
El proyecto del metro de Bogotá, destinado a transformar el sistema de transporte de la ciudad, ha sido durante mucho tiempo una prioridad para el gobierno de Colombia. Sin embargo, la parte subterránea del proyecto ha sufrido numerosos retrasos y dificultades, lo que ha llevado a Petro a buscar la participación china. Mientras que las intenciones de Petro pueden ser acelerar el proyecto y asegurar la financiación necesaria, el régimen chino ha declarado firmemente que el proyecto es un asunto entre empresas y una administración local, y no es una prioridad para el presidente Jinping.
Esto ha despertado inquietud, sobre todo en Estados Unidos, donde una reciente visita de una delegación de congresistas advirtió de las consecuencias de asociarse con China. Advirtieron a Petro, afirmando que “coger dinero de Pekín se acaba pagando” y sugirieron que la cooperación con Washington debería ser una prioridad para evitar depender demasiado de China. Sin embargo, Petro sigue decidido a buscar una asociación con China para transformar el sistema de transporte y atraer más inversiones.
Mientras Petro y Xi Jinping se preparan para reunirse el 25 de octubre, todas las miradas estarán puestas en el resultado y en las implicaciones que tendrá para el proyecto del metro de Bogotá. La polémica decisión de contratar un estudio para la modificación del proyecto, que costará más de 8.000 millones, también ha levantado ampollas en la Procuraduría. El tipo de contratación y la posible violación de la autonomía territorial han llamado la atención sobre las posibles irregularidades en el proyecto.
En esta era de asociaciones e inversiones globales, es vital que los países sopesen cuidadosamente sus opciones y consideren todos los aspectos antes de buscar asociaciones. La relación de Colombia con China encierra un inmenso potencial, pero es crucial que el gobierno proceda con cautela y dé prioridad a los intereses de sus ciudadanos. La reunión entre Petro y Xi Jinping será un momento crucial en esta asociación, y sólo el tiempo dirá si las posibles recompensas superarán a los posibles riesgos.
Con información de El País y El Tiempo