Industria cervecera mexicana en jaque: Aranceles de EE.UU. encarecen exportaciones y tensan relaciones comerciales

La cerveza mexicana, símbolo de identidad nacional y líder global en exportaciones, enfrenta uno de sus mayores retos comerciales. El gobierno de Estados Unidos, bajo la administración de Donald Trump, ha impuesto un arancel del 25% a las importaciones de aluminio, medida que golpea directamente a las empresas mexicanas que dependen de este material para la producción de latas.

Según datos de Cerveceros de México, la industria cervecera nacional exportó más de 142 millones de cajas en 2024, de las cuales aproximadamente el 75% tuvo como destino el mercado estadounidense. Este intercambio comercial generó más de 5,000 millones de dólares, consolidando a México como el principal proveedor de cerveza para Estados Unidos.

Arancel con efecto dominó

El nuevo arancel fue anunciado por el Departamento de Comercio de EE. UU. el pasado 3 de abril, como parte de una estrategia para “fortalecer la industria del aluminio nacional” y reducir la dependencia de insumos extranjeros. Sin embargo, la medida no distingue entre productos terminados y materias primas, afectando por igual a las latas vacías y a los productos envasados.

La mayoría de las grandes cerveceras mexicanas como: Grupo Modelo y Heineken México, importan aluminio de Estados Unidos o dependen de la producción regional norteamericana. La medida elevará sustancialmente los costos de producción y, según estimaciones de analistas del sector, podría traducirse en un incremento de entre el 8% y el 15% en los precios de exportación.

“El impacto es profundo porque hablamos de una industria altamente integrada con la economía estadounidense”, explicó Carlos Hernández, economista especializado en comercio exterior. “No se trata solo de un tema de latas; hay una cadena logística completa que se ve afectada, desde los proveedores de aluminio hasta los distribuidores en supermercados”.

Reacciones y tensiones diplomáticas

En un comunicado, Grupo Modelo expresó su preocupación por las repercusiones de la medida: “Esta decisión afecta directamente a los consumidores y a nuestros socios comerciales en Estados Unidos. Esperamos que se generen espacios de diálogo para encontrar una solución viable para ambas naciones”.

El gobierno mexicano, a través de la Secretaría de Economía, ha iniciado gestiones diplomáticas para solicitar una revisión del arancel bajo los mecanismos del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Fuentes de la Cancillería confirmaron que se evalúa incluso presentar una controversia comercial formal si no se alcanza una solución negociada.

Impacto en el mercado y el consumidor final

En EE. UU., distribuidores y cadenas de supermercados también han manifestado inquietud. Se teme que el incremento en precios afecte el consumo de cerveza mexicana, especialmente en estados fronterizos y grandes ciudades donde la presencia de marcas como Corona, Modelo o Pacifico es dominante.

“Una caja de 12 cervezas podría subir entre 2 y 3 dólares en los próximos meses”, señaló Lisa Thompson, gerente de una cadena de licores en California. “Eso cambia las decisiones de compra del consumidor promedio, especialmente en temporada alta como el verano”.

Además, el impacto podría extenderse a otros sectores que dependen del aluminio para sus envases, como las bebidas energéticas y los refrescos, lo que complica aún más el panorama comercial en la región.

¿Un cambio de envase como solución?

Frente a este nuevo escenario, algunas cerveceras exploran la posibilidad de fortalecer líneas de producción en botellas retornables o migrar hacia empaques alternativos menos afectados por el arancel. No obstante, esto implicaría inversiones adicionales y ajustes en la logística de exportación.

Por ahora, la industria cervecera mexicana, uno de los orgullos del país y motor clave en el sector agroindustrial, se encuentra en una encrucijada. La diplomacia, la estrategia empresarial y el comportamiento del consumidor determinarán si este nuevo obstáculo se convierte en una crisis prolongada o en una oportunidad para reinventarse.