¿Tensión nuclear? India lanza ataques y Pakistán promete responder

La región del sur de Asia se encuentra bajo máxima tensión luego de que India lanzara una ofensiva con misiles contra objetivos estratégicos en territorio pakistaní, incluidos puntos clave en la disputada región de Cachemira administrada por Pakistán. Según lo informado por el gobierno indio, se trató de una operación puntual dirigida contra infraestructuras vinculadas a grupos terroristas, en represalia por el atentado del mes pasado en Pahalgam, donde murieron 25 ciudadanos indios y un turista nepalí.

Por su parte, el portavoz militar de Pakistán, el general Ahmed Sharif Chaudhry, calificó el ataque como una “provocación cobarde” y aseguró que su país responderá en el momento y lugar que considere oportuno. Asimismo, afirmó que todos los aviones de combate de la fuerza aérea pakistaní ya se encuentran en operación, lo que confirma la magnitud del estado de alerta en la región. “Esta provocación atroz no quedará sin respuesta”, advirtió Chaudhry en declaraciones al canal Geo TV.

Un conflicto entre potencias atómicas: alarma internacional

Ante este panorama, la comunidad internacional observa con creciente preocupación el desarrollo de este conflicto, ya que India y Pakistán figuran entre los pocos países del mundo con capacidad nuclear. India realizó su primera prueba nuclear en 1974, en el desierto de Pokhran, bajo el nombre de “Smiling Buddha”. Pakistán, en respuesta, probó sus armas nucleares por primera vez en mayo de 1998, también en la región de Chagai, marcando el inicio de una peligrosa carrera armamentista en el subcontinente.

Desde entonces, ambas naciones han mantenido una paz tensa basada en la disuasión mutua. No obstante, la actual ofensiva representa una peligrosa ruptura del statu quo. India insiste en que su operación fue “focalizada, medida y no escalatoria”, y subraya que evitó atacar instalaciones militares. “India ha demostrado considerable moderación en la selección de objetivos y el método de ejecución”, sostuvo el Ministerio de Defensa en un comunicado oficial.

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Sin embargo, Islamabad interpreta esta incursión como una amenaza directa a su integridad territorial, lo que eleva el riesgo de una escalada con consecuencias impredecibles.

Consecuencias humanas: una bomba de tiempo social

A su vez, se multiplican las alertas sobre el impacto humanitario que una guerra entre estas dos potencias podría acarrear. India y Pakistán albergan juntos a más de 1.500 millones de personas. Por lo que cualquier conflicto armado a gran escala —y más aún uno con uso de armamento nuclear— tendría efectos devastadores sobre la población civil.

Entre los escenarios más preocupantes se encuentran el desplazamiento masivo de millones de personas, la destrucción de infraestructura básica y el colapso de los sistemas de salud pública. Además, en caso de detonaciones nucleares, la radiación podría extenderse a países vecinos e incluso afectar regiones remotas por medio de los vientos atmosféricos.

Un testigo en Muzaffarabad relató a Reuters: “Todo tembló de repente y luego nos quedamos sin electricidad. No sabíamos si correr o escondernos”. Estas escenas se repitieron en otras localidades como Kotli y Bagh, donde también se registraron explosiones.

Llamados a la moderación: la diplomacia como única vía

Por último, diversos organismos internacionales y gobiernos aliados han emitido llamados urgentes a la contención y el diálogo. La ONU y potencias como Estados Unidos y China expresaron su inquietud, instando a ambas partes a evitar una confrontación directa. Pues si no se activa de inmediato un canal diplomático sólido y efectivo, esta crisis podría convertirse en el conflicto militar más grave.