La tragedia de la migración en el mar ha vuelto a golpear trágicamente, ya que se teme que al menos 30 migrantes hayan muerto después de que un barco se hundiera frente a la costa de las Islas Canarias. El barco transportaba a unas 60 personas y es el último de una serie de accidentes mortales en embarcaciones de migrantes que suelen acabar, con demasiada frecuencia, en tragedia.
Las dos organizaciones civiles que vigilan las embarcaciones de migrantes, Caminando Fronteras y Alarm Phone, han informado de que hasta 35 personas podrían seguir desaparecidas, lo que se suma a la profunda tristeza de este suceso. Las autoridades españolas han informado del hallazgo de los cadáveres de un menor y un hombre, así como del rescate de 24 personas con vida.
El naufragio de la embarcación de migrantes ha vuelto a poner sobre el tapete las reiteradas peticiones de una respuesta europea integral a la migración, petición de la que se ha hecho eco el líder de la región canaria, Ángel Víctor Torres, quien ha calificado el incidente de “tragedia”.
Según la patrullera de búsqueda española Guardamar Calliope, la embarcación había estado en apuros durante más de 12 horas la noche anterior, pero el buque de búsqueda español no pudo intervenir al ser reasignado en su lugar a las autoridades marroquíes. El Ministerio del Interior marroquí aún no ha respondido a la petición de información de la BBC.
Más de 5.914 inmigrantes han intentado realizar el viaje desde enero de este año, lo que supone un descenso del 31% en comparación con el mismo periodo de 2022. Pero estos recientes incidentes de pérdida de vidas indican un aumento desesperado en el número de los que intentan el viaje.
Las Islas Canarias son un punto de paso clave para quienes esperan llegar a Europa, a menudo huyendo de la pobreza o la persecución en sus países de origen. Pero el peligroso viaje a menudo conduce al sufrimiento y la muerte, lo que aumenta la presión sobre los gobiernos para que proporcionen protección y refugios seguros a los refugiados.
La Unión Europea debe actuar con rapidez para formar una política migratoria más sólida que ofrezca una mejor coordinación, apoyo y respuestas humanas a la crisis migratoria. Es lo menos que se puede hacer por los migrantes que arriesgan sus vidas en busca de un futuro mejor.