El terror sacudió la ciudad de Moscú cuando un atentado terrorista golpeó la sala de conciertos Crocus City Hall. Vestidos con ropa de camuflaje, los atacantes ingresaron al vestíbulo y comenzaron a disparar contra los asistentes, desatando el caos y la angustia en todo el país. Más de 40 personas perdieron la vida y más de un centenar resultaron heridas en este trágico incidente que ha conmocionado a la nación.
Además de los disparos, el atentado también provocó un incendio en el centro de ocio donde se encuentra la sala de conciertos, atrapando a cientos de personas, incluyendo a niños. Las autoridades rusas han abierto una investigación para determinar la identidad de los autores, pero por el momento no se han dado a conocer detalles sobre su posible vinculación con algún grupo terrorista.
Este ataque no es un hecho aislado. Hace apenas dos semanas, Estados Unidos y el Reino Unido habían emitido una alerta sobre posibles atentados en Rusia, luego de que el Estado Islámico intentara atacar una sinagoga en Moscú. Sin embargo, el presidente ruso, Vladimir Putín, restó importancia a estas advertencias y acusó a las potencias occidentales de intentar desestabilizar al pueblo ruso mediante tácticas de “chantaje”.
Por su parte, las autoridades ucranianas han negado cualquier implicación en el atentado y han dejado en claro que no tienen ninguna relación con el mismo. Aún hay muchas incógnitas sobre lo sucedido y las investigaciones continúan en curso, mientras el pueblo ruso sigue en shock ante esta tragedia sin sentido.
Con información de France 24