Los días 11 y 12 de julio, Amazon Prime Day registró un asombroso gasto de 12.700 millones de dólares, un 6,1% más que el año anterior. Se compraron 375 millones de artículos, frente a los 300 millones del año anterior, lo que lo convierte en el mayor día de compras de la historia de Amazon.
Las ventas de este año también han puesto de relieve el poder de permanencia de la recogida en la acera, con un 20% de los pedidos en esta categoría. Es una tendencia que ha crecido desde el inicio de la pandemia, a medida que los compradores se trasladaban al espacio digital para comprar artículos y recogerlos en lugar de que se los entregaran.
El Prime Day de Amazon se ha convertido en una tradición anual, y el gigante del comercio electrónico aprovecha la extravagancia de compras de mediados de verano para dar el pistoletazo de salida a las temporadas de compras de vuelta al colegio y a la universidad. Otras tiendas minoristas como Walmart y Best Buy han adoptado estrategias similares con sus propios “días de rebajas”, y las cifras muestran que los compradores responden positivamente a estos eventos.
El analista de JPMorgan Doug Anmuth ha comentado que estas rebajas “captan el gasto de los compradores durante los meses lentos del verano”, y el analista principal de Adobe Digital Insights Vivek Pandya ha afirmado igualmente que “Prime Day se ha convertido en uno de los mayores momentos del año para el comercio electrónico.”
Estas ventas han tenido una influencia beneficiosa no solo en los bolsillos de los minoristas, sino también en el gasto de los consumidores. Las acciones de Amazon han subido este jueves cerca de 2 dólares, hasta los 133 dólares, un refuerzo más del éxito al que se enfrenta el gigante tecnológico. Con semejante demanda, el Amazon Prime Day parece abocado a tener un futuro sólido y estable.