Durante su reciente entrevista en “60 Minutos”, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, mostró una determinación y confianza inquebrantables en su liderazgo. Cuando se le preguntó sobre el tema de los cárteles de la droga mexicanos y la propuesta de etiquetarlos como terroristas por parte de algunos legisladores estadounidenses, AMLO rechazó firmemente esa categorización. En cambio, enfatizó que la raíz del problema radica en la demanda de drogas en Estados Unidos y que perseguir a los cárteles por sí solo no resolvería el problema.
El presidente López Obrador expresó su profunda preocupación por el aumento del uso de fentanilo en Estados Unidos, que cobra la vida de 100.000 jóvenes cada año. Reconoció que abordar este problema requiere algo más que atacar a los narcotraficantes. Más bien, la verdadera solución reside en abordar el consumo de drogas dentro de Estados Unidos. Esta postura resalta la comprensión de AMLO de la naturaleza compleja e interconectada del tráfico de drogas, que también involucra precursores químicos de Asia y la producción final en países como Estados Unidos y Canadá.
Vale la pena señalar que el presidente López Obrador también rechazó la idea de que México sea el único responsable de la producción y distribución de fentanilo. Reconoció que este es un tema global y llamó a una mayor colaboración y responsabilidad entre los países para abordarlo. Este reconocimiento muestra su voluntad de abordar el problema desde una perspectiva más amplia, en lugar de culpar únicamente a un país.
A pesar de enfrentar críticas de algunos políticos estadounidenses por su enfoque en la lucha contra el narcotráfico, el presidente López Obrador no ha flaqueado en su compromiso con la no violencia y el respeto a la soberanía de México.
Ha enfatizado que el crimen y la violencia en México están directamente relacionados con el narcotráfico, y su política de “abrazos, no balazos” ya ha mostrado resultados positivos en la reducción de los índices de criminalidad. Si bien aún quedan desafíos por enfrentar, la dedicación del presidente López Obrador a combatir el crimen organizado y poner fin a la impunidad en su país da esperanzas de una solución duradera a la crisis del fentanilo. Sigue decidido a trabajar con otros países para abordar esta cuestión y lograr un futuro más seguro para todos.
Con información de El Universal
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