En un desarrollo significativo en el juicio criminal del ex presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el 18 de abril dos jurados fueron despedidos por el juez encargado de supervisar los procedimientos. Este acontecimiento complica aún más la tarea de reunir un panel de 12 jurados y seis suplentes para lo que es innegablemente uno de los juicios más destacados en la historia estadounidense.
El juez Juan Merchan tomó la decisión de excusar a un jurado después de que los fiscales plantearan preocupaciones sobre posibles roces con la ley no divulgados. Aunque Merchan no profundizó en detalles sobre ello, este movimiento subraya la importancia de la transparencia en el proceso de selección del jurado. Antes de esto, otra jurado había sido excusado por el juez. Ella expresó sentirse intimidada debido a que se divulgó información personal, lo que llevó a interacciones no deseadas con conocidos. “No creo en este momento que pueda ser justo e imparcial, y permitir que las influencias externas no afecten mi toma de decisiones en la sala de audiencias”, expresó la jurado.
Con el despido de estos dos jurados, la cuenta se mantiene en cinco personas seleccionadas para el jurado hasta el momento. Los desafíos encontrados en el proceso de selección del jurado arrojan luz sobre las inmensas presiones que rodean este juicio histórico, el primero de su tipo que involucra a un ex presidente de Estados Unidos. La presencia de Donald Trump en la política estadounidense ha estado marcada por la controversia, lo que hace que la tarea de evaluar imparcialmente su culpabilidad o inocencia sea formidable. Aproximadamente la mitad de los 192 posibles jurados examinados en la densamente demócrata Manhattan han sido despedidos debido a expresar una incapacidad para evaluar imparcialmente el caso.