Una insólita filtración expone fallas en la comunicación interna del gobierno de Donald Trump. A principios de marzo, el periodista Jeffrey Goldberg, editor en jefe de The Atlantic, fue incluido por error en un grupo privado de mensajería donde altos funcionarios del Ejecutivo discutían, en tiempo real, detalles sensibles de una ofensiva militar contra los rebeldes hutíes en Yemen.

En su artículo publicado este lunes y titulado “La Administración de Trump accidentalmente me mensajeó sus planes de guerra”, Goldberg narra cómo una cuenta con el nombre del asesor de seguridad nacional Mike Waltz lo sumó a una conversación grupal en la aplicación Signal. La situación, que en un principio le pareció inverosímil, fue confirmada después por los hechos y por el propio Gobierno.

“Tenía serias dudas de que este grupo de texto fuera real, porque no podía creer que los líderes de seguridad nacional de Estados Unidos se comunicaran a través de Signal sobre planes de guerra inminentes”, escribió Goldberg.

Dentro del chat, participaban usuarios con nombres correspondientes a figuras de alto perfil, como el vicepresidente JD Vance, el secretario de Defensa Pete Hegseth, el secretario de Estado Marco Rubio y la directora Nacional de Inteligencia Tulsi Gabbard. Según el periodista, los mensajes no solo se centraban en aspectos logísticos, sino que también se discutían posturas políticas respecto al impacto del ataque.

Entre ellos, JD Vance expresó su oposición a la ofensiva, al considerar que podría desatar consecuencias económicas globales.

“Esto podría generar un aumento en los precios del petróleo y el público probablemente no entendería por qué esto es importante”, advirtió el vicepresidente, de acuerdo con los mensajes.

Por su parte, Pete Hegseth, identificado como una de las voces más activas, reconoció que el mensaje oficial sería difícil de comunicar y que la narrativa debía enfocarse en culpar a la administración anterior y al papel de Irán.

“Nadie sabe quiénes son los hutíes, por lo que tendríamos que seguir centrados en: 1) Biden fracasó y 2) Irán financió”, sostuvo.

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Mientras tanto, Goldberg seguía leyendo con asombro cómo se compartía información altamente delicada, como el momento exacto de los ataques o el tipo de armamento a utilizar. La confirmación de que el plan era real llegó el 15 de marzo, cuando las redes sociales comenzaron a difundir reportes de explosiones en Saná, capital de Yemen, justo a la hora señalada previamente en el chat.

“Confirmé que los planes eran reales cuando, el 15 de marzo, a la hora exacta que había sido mencionada por el secretario de Defensa, comenzaron a circular reportes de explosiones”, afirmó.

Luego de corroborar lo ocurrido, el periodista optó por salir del grupo, consciente de que esa acción notificaría al supuesto creador, Mike Waltz.

“Me retiré del grupo entendiendo que esto notificaría de forma automática al creador del grupo, ‘Michael Waltz’, que me había ido”, explicó.

Al respecto, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Brian Hughes, reconoció que los mensajes parecen auténticos y confirmó que el Gobierno ya inició una revisión interna.

“Los mensajes parecen ser auténticos y estamos revisando cómo se agregó un número inesperado a la cadena”, declaró Hughes al The Washington Post.

Horas después de que se publicara el artículo en The Atlantic, el expresidente Donald Trump fue consultado por los medios. En respuesta, afirmó no estar al tanto del caso ni del contenido del artículo.

“No sé nada al respecto. No soy un gran fan de The Atlantic. Para mí es una revista que va a desaparecer. Creo que no es una gran revista. Pero no sé nada de ella”, respondió.

Actualmente, la Casa Blanca continúa revisando cómo se produjo la inclusión no autorizada del periodista en el grupo de mensajería, así como las implicaciones de la exposición de información sensible sobre los planes militares en Yemen.