La OIT advierte que en 2024 la falta de reformas laborales sigue frenando el empleo en América Latina

En su último informe regional, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) alertó sobre las deficiencias estructurales que siguen afectando la creación de empleo en América Latina y el Caribe. A pesar de que la región logró recuperar los niveles de empleo previos a la pandemia, el análisis revela que el panorama laboral en la región permanece en gran medida estancado, y se encuentra en el mismo punto que hace una década, cuando se comparan las cifras actuales con las de 2012.

Según Ana Virginia Moreira, directora regional de la OIT para América Latina y el Caribe, si bien se ha observado una recuperación en términos de empleo, los niveles de crecimiento económico se están desacelerando. Al respecto, destacó que persisten deficiencias estructurales que impiden lograr avances sostenibles en la creación de empleos formales. 

“La región ha recuperado los niveles de empleo previos a la pandemia, pero el panorama sigue siendo preocupante: estamos en el mismo punto que hace diez años. El crecimiento económico se desacelera y las deficiencias estructurales en la generación de empleo persisten”, explicó la directora.

Desempleo juvenil e informalidad: dos problemas persistentes

El informe también señala que, aunque ha habido una disminución en la tasa de desocupación, que pasó del 6,5% en 2023 al 6,1% en 2024, aún persisten grandes desafíos relacionados con el empleo informal. Este tipo de empleo sigue siendo predominante en muchos países, representando una gran proporción de los nuevos puestos de trabajo generados. En términos de la calidad del empleo, la tasa de informalidad se ubicó en 47,6% a mediados de 2024, lo que refleja una mejora moderada respecto a años anteriores, pero sigue siendo una preocupación central.

Por lo anterior, Moreira instó a adoptar reformas estructurales que impulsen un crecimiento más sostenido y equitativo en el empleo formal. “Es momento de impulsar reformas que permitan avanzar de manera sostenida y no quedarnos estancados”, subrayó.

Desigualdad de género: una barrera para la equidad laboral

Una de las problemáticas más preocupantes reflejadas en el informe es la persistencia de las brechas laborales de género, que continúan siendo una barrera significativa para la equidad en el empleo. En el segundo trimestre de 2024, la tasa de participación femenina en la fuerza laboral fue de 52,1%, considerablemente más baja que la de los hombres, que alcanzó el 74,3%. A su vez, la tasa de ocupación femenina (48,4%) sigue estando 22 puntos porcentuales por debajo de la de los hombres (70,4%), mientras que las mujeres enfrentan una tasa de desempleo más alta (7,2% frente al 5,2% de los hombres).

En este sentido, Gerson Martínez, especialista en economía laboral de la OIT y autor principal del informe, destacó que las disparidades de género siguen limitando las oportunidades para las mujeres. “A pesar de algunos avances, la brecha salarial de género y la segregación ocupacional basada en género continúan limitando las oportunidades para las mujeres”, sostuvo. Además, el informe precisó que las mujeres ganan en promedio un 20% menos que los hombres.

Una leve mejora, pero aún queda mucho por hacer

Aunque el informe menciona una ligera mejora en los indicadores laborales, como el aumento de la tasa de ocupación en 0,5 puntos, alcanzando el 58,9%, y la estabilidad en la tasa de participación (62,7%), estos indicadores aún se encuentran por debajo de los niveles de 2019. Como resultado de la expansión moderada en la ocupación y la estabilidad en la participación, la tasa de desocupación ha seguido descendiendo, aunque de manera paulatina.

Sin embargo, el panorama sigue siendo mixto en toda la región. Si bien algunos países lograron avanzar, ocho de los países analizados aún registran tasas de ocupación inferiores a las de 2019. Solo seis países alcanzaron o superaron los niveles de participación de ese año.

La informalidad, el gran desafío por superar

El informe también resalta que, a pesar de las mejoras en la tasa de informalidad, esta sigue siendo un obstáculo para la mejora de la calidad del empleo en la región. A mediados de 2024, la tasa de informalidad laboral se situó en 47,6%, una ligera mejora respecto al 48% de 2023. Pero la informalidad sigue siendo una característica predominante en varios países de la región, con un notable crecimiento del empleo informal en muchos de ellos, especialmente en Argentina, Brasil y México, que presentaron una situación diferente.

Por último, de acuerdo con el informe, en la mayoría de los países analizados, el empleo informal representa entre el 48 y el 70% del aumento neto de puestos de trabajo en el último año.