Mejorar los procesos de enseñanza, de investigación y trabajar en pedagogías alternativas son los principales retos ante la nueva normalidad de la educación.
El Economista
El distanciamiento social a causa de la expansión del Covid-19 ha provocado que todos los sectores estén enfrentando nuevos retos y el campo educativo no fue la excepción.
En la medida que este nuevo virus se fue introduciendo en el país, las autoridades mexicanas determinaron que lo primero que se suspendería serían las clases presenciales en todos los niveles (23 de marzo), generando incertidumbre sobre cómo continuaría avanzando el proceso de enseñanza.
Ante esta nueva realidad los colegios, escuelas, universidades, centros de capacitación fueron desplazados por pequeños espacios habitacionales en donde los estudiantes atienden sus clases y a sus docentes a través de una pantalla, correo electrónico o mensajes de texto.
En Entrevista para El Economista, Joaquín Guerra Achem, vicerrector Académico y de Innovación Educativa del Tecnológico de Monterrey, reconoció que en general las instituciones educativas del país no estaban preparadas para un cambio tan rápido en la enseñanza, aunque hubo algunas que tuvieron que enfrentar desafíos mayores para continuar con sus procesos a distancia, aunado con la adaptación que los profesores tuvieron que hacer en sus clases para continuar.
“Esta pandemia nos agarra a todos por sorpresa. Los que tenemos más tiempo trabajando con la educación a distancia logramos hacer una movilización rápida, sin embargo, la cantidad de cosas que teníamos que cambiar representó un gran trabajo”, aseguró el vicerrector Académico y de Innovación Educativa del Tec de Monterrey.
Por su parte, Diana Galindo Sontheimer, directora de Desarrollo y Gestión Académica de la Universidad Anáhuac México, coincide en que el cambio de la enseñanza a distancia les ha representado un reto mayor a los docentes pues han tenido que adaptar sus clases a las nuevas tecnologías.
“El futuro nos llegó de un día para otro, queramos o no queramos. Los que estábamos inmersos en el cambio, nos ha ido mejor, y los que no, se han enfrentado a una serie de problemas, donde el cambio les costó mucho a los docentes”, enfatizó, “aunado con la inestabilidad en el servicio de internet que pone en aprietos a los profesores, hay quien ha tenido que contratar dos servicios, hemos tenido que hacer una serie de adecuaciones”.
Hacia dónde vamos, experiencia asíncrona
El Doctor Guerra Achem advierte que ante esta nueva realidad el reto está en adaptarse rápidamente hacia una nueva forma de interacción (escuelas, profesores y alumnos) donde la enseñanza se envíe y se reciba bajo dinámicas diferentes, a través de cursos más didácticos y que no sólo implique estar observando una pantalla.
“Al inicio de esta etapa, fue mucho el uso intensivo de video enlaces porque no estábamos preparados para una experiencia más asíncrona; pero esto genera cansancio, agotamiento, estrés, ya que estar enfrente a una computadora por varias horas en un día, agota, y es un reto poderlo gestionar, tanto para nuestros profesores como para nuestros alumnos y por otro lado el contexto de que estas encerrado, que no puedes dormir, no tienes interacción física con tus amigos o con otras personas genera también un estrés que también es importante que las instituciones de educación podamos atender en nuestros alumnos y profesores”.
Ejemplificó que en el Tecnológico de Monterrey se han hecho adaptaciones en los cursos, se disminuyó en el tiempo de clases en línea y se reforzó con aprendizaje activo asíncrono sin sacrificar los conocimientos.
“Por ejemplo, normalmente una clase dura una hora, lo que buscamos fue disminuir el tiempo de actividad síncrona es decir no dar 60 minutos de enlace en vivo y en su lugar dar sólo 30 minutos para que el resto de la clase sea con actividades asíncronas”, indica.
“Hoy la tecnología nos permite entregar experiencias de aprendizaje digital, remoto, en línea que enriquecen el proceso de enseñanza y le de valor para poder aprovechar la situación y seguir con el proceso académico y se complementen”.
Asimismo, señaló que el proceso de evaluación también se tuvo de modificar, haciéndolo más acorde a la situación y empático a las necesidades del alumno, sin sacrificar ni la calidad, ni la exigencia, que siempre se han manejado.
Agregó que una plataforma que les ha sido muy útil en esta transformación es el Learning Management System (LMS) la cual ya utilizaban en el formato presencial lo que facilitó el cambio a un formato de trabajo a distancia.
Aula invertida
Asimismo, la Doctora Diana Galindo Sontheimer coincide en que transformar las aulas requirió un esfuerzo extra para todos, que empezó primero con capacitar a los profesores para el uso de nuevas tecnologías y plataformas educativas como Blackboard y Brightspace aunado con herramientas didácticas para enriquecer las clases.
“Les dimos herramientas a los maestros para enriquecer las clases, ningún alumno puede poner atención en una videoconferencia por una hora y media seguida, y una tras otra. Empezamos a trabajar con los maestros con unas sesiones pregrabadas, que hicieran microconferencias a través de Zoom y Teens lo que nos da la posibilidad de formar grupos de trabajo, utilizando metodologías activas a distancia”, explica.
“Hay apps son una maravilla para tener un aprendizaje mucho más activo y aportan más en el proceso de aprendizaje, además del trabajo con casos, con proyectos, no simplemente transmitiendo conocimientos en línea”.
La directora de Desarrollo y Gestión Académica de la Universidad Anáhuac México indicó que por ahora están trabajando en un proyecto que se conoce como Aula Invertida (Flipped Classroom) en asociación con la Organización Internacional Flipped Classroom.
“Es una metodología que lo que te dice que la vida ha cambiado, los alumnos ya no quieren ir solo a una clase a escuchar a un experto, porque para escuchar a un experto lo pueden hacer en TED Talks o en otro video. ¿Para qué quieren realmente al maestro?, para que el profesor esté ahí cuando necesitan hacer un trabajo, un proyecto, cuando tiene un problema difícil que resolver, complejo, ahí es donde necesitan la asesoría”.
Finalmente, reconoció que lo que se ha ganado con esta pandemia es la apertura a nuevas posibilidades de formas y alternativas de impartir clases, el cual ha sido un aprendizaje desde el punto de vista profesional y humano, y que tiene que dejar huella, pues ya no se volverá a la misma forma en que se venía trabajando.
“Lo que sí hemos perdido y que se extraña mucho, es el contacto y la vida universitaria. Que no perdamos de vista que tenemos que seguir con esta transformación, hacer que la enseñanza sea mucho más activa, más personalizada, mucho más aplicable a la vida futura de nuestros egresados, que les estemos dando toda clase de estrategias para insertarse en la vida laboral de manera muy efectiva, un aprendizaje para todos nosotros”.
Aunque se tienen programado que el regreso a clases presenciales sea en agosto, todavía no se puede garantizar que así suceda de tal manera, que el Doctor Guerra explica que ya se están preparando para regresar bajo un plan hibrido donde se combinen las clases presenciales y remotas.
Igualmente, la Doctora Galindo coincide en que se estará valorando como se continuará trabajando en una modalidad blender, haciendo las clases a distancia y otras clases presenciales, pero con menos alumnos.