Diversos medicamentos controlados para tratar esquizofrenia, trastorno bipolar y ansiedad faltan en el país. Las denuncias por falta de medicamentos para salud mental ha crecido de ser la décima segunda causa a la quinta en México, según el colectivo Cero Desabasto

Composición fotográfica en la que se aprecia a una mujer joven, en el centro de la imagen Ella está desnuda, sentada con las piernas dobladas y sus brazos las sostienen. Tiene la espalda encorvada y su rostro y mirada hacia abajo. Solo se ve la mitad del rostro, aunque no se aprecian bien sus facciones. Tiene el cabello largo, ondulado, y todo cae de lado. La mujer esta rodeada de cápsulas verdes y pastillas blancas, en gran formato, es decir, una cápsula es del tamaño de su brazo, por ejemplo.

Katia D’Artigues  | Yo también

—– | Miércoles 23 de Junio del 2021 | — : —

La voz de alerta la lanzó esta semana la Asociación Psiquiátrica Mexicana, A.C. (APM): un medicamento que utilizan alrededor de dos millones de mexicanos y mexicanas con esquizofrenia; el único que contribuye a mantenerlos estables, la clozapina, tiene un desabasto a nivel nacional.

“Por décadas se ha reconocido (a la clozapina) como el tratamiento farmacológico más eficaz para esta enfermedad, tan difícil de sobrellevar tanto para los pacientes como para sus familias”, dice el comunicado oficial de la organización que agrupa a más de 3 mil médicos psiquiatras en el país y que calcula que hay 2 millones de personas que viven o vivirán con esquizofrenia en el país. 

Entre el subregistro y el desabasto

Bernardo Ng, médico psiquiatra y presidente de la APM, subraya que están muy preocupados por el desabasto de la clozapina por distintas razones. 

“De por sí los pacientes psiquiátricos la enfrentan más difícil no sólo por la discapacidad sino por el estigma. Estamos tratando de darle voz a las necesidades de nuestros pacientes. No queremos sonar a que sólo les damos medicamento para tratar sus condiciones, pero en temas como esquizofrenia, trastorno bipolar, los medicamentos son parte crítica de su tratamiento”, explica.

La clozapina, cuenta, no es un medicamento elegido por un psiquiatra de entrada para tratar la esquizofrenia -un fármaco de “primera línea”- porque uno de sus efectos colaterales puede ser disminuir los glóbulos blancos de la sangre. Sólo se receta a pacientes que tienen esquizofrenia resistente a otros medicamentos por lo que una vez que un paciente lo utiliza y le funciona es muy difícil sustituirlo por otro. 

Ng, quien vive entre San Diego y Mexicali, es co-autor del capítulo de epidemiología (es decir, la incidencia en la población) del más reciente libro de texto “Esquizofrenia”, de la Asociación Psiquiátrica Americana, asegura que en México hay un subregistro de personas que viven con esquizofrenia. Aunque en el país no hay datos, sí se puede inferir por la incidencia poblacional en otros países.

“Si se reconoce que hay una incidencia de entre .5 a 1.5% de la población en general y en México hay 130 millones de habitantes, da 2 millones de personas que a lo largo de su vida tendrán esquizofrenia. La cifra la calculamos con un grupo de trabajo de directores de hospitales psiquiátricos, por eso el Dr. Carlos Alberto Arnaud Gil firma el comunicado conmigo. Es una enfermedad prevalente por lo seria que llega a ser.

“Definitivamente hay un subregistro (de personas con esquizofrenia). Los directores de hospitales señalan que es una de las causas más frecuentes por las que se tiene que internar a una persona junto con el trastorno bipolar y la depresión suicida”.

En México sólo un laboratorio, Psicofarma, produce clozapina. Ng asegura que vieron con buenos ojos el comunicado de la organización porque les dijeron que necesitan ayuda para poder seguir trayendo el medicamento. 

Aumentan las denuncias de falta de medicamentos para salud mental

El desabasto de medicinas para alguna condición psiquiátrica ha venido creciendo, dice Andrés Castañeda Prado, coordinador de Salud y Bienestar deNosotrxs. Aunque el desabasto es generalizado, los medicamentos que se recetan para ciertas condiciones de salud mental han crecido del noveno o décimo segundo lugar al quinto lugar en los reportes del portal Cerodesabasto.orgque lleva dos años de funcionar, a nivel tanto público como privado. 

Se debe, dice Castañeda Prado, a diversos factores, entre ellos que como son medicamentos controlados, generan una mayor complicación en cuanto a manejo, almacenamiento, distribución e importación. En algunos casos la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) retrasa la liberación en las aduanas si se trata de un medicamento que tiene algún nuevo proceso. 

Y esto también con un dato preocupante adicional. Durante la pandemia se dieron 45 millones menos de consultas y aún así se triplicó el número de recetas no surtidas de manera completa: de 5 a 16 millones.

Castañeda Pardo reitera que el desabasto de clozapina también lo tienen detectado de manera generalizada en muchos estados del país, pero no es la única medicina controlada para tratar diversas condiciones de salud mental.

Cita otras como fenobarbital (usado en algunos casos también de epilepsia); de otro medicamento llamado Vidance para tratar trastorno por déficit de atención y diversos ansiolíticos como clonazepam, diazepam, loracepam y alprazolam (todos de la misma ‘familia’, por así decirlo) así como carbonato de litio, que también utilizan algunas personas con trastorno bipolar, entre otros. Ng coincide, en su experiencia, que sí son esos los medicamentos que en la APM han notado que les cuesta trabajo a sus pacientes conseguir. 

Pueden consultar el Informe de Transparencia en Salud 2019-2020 y el mapeo de desabasto de medicamentos en México que ha hecho el colectivo aquí.

¿Por qué hay desabasto?

Tratando de no complejizar, este gobierno decidió -por motivos de ahorro- comprar medicinas a través de la UOPS, un organismo de las Naciones Unidas. “Pero operó con prisas y al final están subestimando una compra que, además de que es millonaria, tiene un nivel de complejidad en el proceso”, explica Castañeda Prado.

En otros sexenios diversos actores del área de salud pública gestionaban sus compras. Al hacerlo de manera consolidada, cambiaron las “reglas del juego” a los productores, distribuidores e incluso a quienes venden el medicamento. Aunque buscar los mejores precios es una buena intención, lo malo es que jamás se trazó un “Plan B”.

“Ese es el gran problema, que no hay un Plan B. Es sálvese quien pueda, compren a quien pueda y a quien se deje”, explica Castañeda. “Esto tiene consecuencias importantes: hay desabasto sobre todo a partir de octubre de 2019 y no tiene que ver con la pandemia, sino por la decisiones que se han tomado desde la autoridad”. 

Dado que el proceso de la compra de medicinas cambió de “sopetón”, como califica Castañeda, del IMSS a Hacienda, sin hacerlo paulatino y dada la curva de aprendizaje (incluso un nuevo titular de Cofrepris fue nombrado en febrero de este año: Alejandro Svarch Pérez) ahora diversas instituciones -públicas y privadas- han tenido que salir a comprar, como puedan; unas con mayor capacidad y experiencia que otras, incluyendo las de los estados de la República. 

También hay mucha opacidad en el presupuesto porque, dada la emergencia, se han dado muchas adjudicaciones directas sin licitación. “Comprar a las prisas tiene problemas no sólo para quien compra sino para quien produce: no permite planear la producción y afecta hasta la inversión en el sector farmacéutico para que los empresarios planeen su producción”. 

En Yo También hablamos a la secretaría de Salud para pedir una posición oficial al respecto del desabasto de estos medicamentos psiquiátricos. Al cierre de esta nota no habíamos recibido una respuesta de con quién podríamos hablar al respecto.

El presente articulo es propiedad de Yo también.

Katia D’Artigues  (2021) SOS: crece el desabasto de medicamentos psiquiátricos. Yo También. Recuperado el 23 de Junio del 2021 en: https://www.yotambien.mx/actualidad/sos-crece-el-desabasto-de-medicamentos-psiquiatricos/